El 2 de junio de 1953, cuatro meses después de la muerte de su padre, Jorge VI, Isabel II fue coronada reina. Tenía solo 25 años cuando le tocó dar el paso de convertirse en soberana de Reino Unido y de la Commonwealth, y ya entonces prometió que lo sería toda su vida.
Estos días se celebra eso, los 70 años en el trono -el más longevo de Reino Unido- de una mujer a la que le ha tocado vivir muchos acontecimientos y que, a sus 96 años, estaba dispuesta a darlo todo en los actos de celebración por su Jubileo de Platino, que se llevan desarrollando desde este jueves y terminarán el domingo.
Tras las emociones vividas en el primer día de los cuatro que acogen las celebraciones, ha llegado el que quizá es el momento más esperado. Porque estaba previsto que la catedral de San Pablo sirviera de escenario para una misa que uniera a la familia real al completo.
Sin embargo, la reina Isabel II no asistió al servicio de Acción de Gracias de este viernes en la catedral de San Pablo, en Londres, tras experimentar «ciertas molestias» en las celebraciones de su Jubileo.
Reina Isabel II no acude a misa de jubileo en su honor por ‘un malestar’
La monarca, de 96 años, lamenta no acudir a la catedral, pero sí asiste este jueves a la iluminación de unas balizas en el castillo de Windsor, a las afueras de Londres, como parte de los festejos por los 70 años de su reinado, según el palacio.
«La reina disfrutó mucho el desfile de cumpleaños y el vuelo de hoy, pero experimentó algunas molestias», señaló en un comunicado la residencia real, después de que la soberana apareciera en el balcón del palacio de Buckingham al término del desfile de los regimientos británicos, que marca el cumpleaños oficial de Isabel II.
Al servicio religioso asistieron los herederos al trono, el príncipe Carlos y su esposa, la duquesa de Cornualles, Camilla Parker; el príncipe Willliam y Kate Middleton, duques de Cambridge; la princesa Ana; los condes de Wessex y los más esperados, Harry y Meghan.