El tiempo en que nos tome adaptarnos será el que tardemos en salir adelante
El primero de junio comenzó la etapa de regreso a la llamada ‘nueva normalidad’. Como se ha mencionado insistentemente, esto no implica que ya se pueda salir de casa, ni mucho menos relajar las medidas de sana distancia; al contrario, las mismas deben continuar siendo observadas rigurosamente para lograr la reactivación económica y la vuelta a nuestras actividades cotidianas en el menor tiempo posible. Hay que partir de que todavía no existe una vacuna contra el coronavirus, pero tendremos que convivir con él; así que la interrogante es ¿cómo lo vamos a hacer?
El Gobernador Carlos Joaquín anunció que el Plan para Reactivar Quintana Roo, está alineado con el semáforo sanitario del Gobierno Federal en sus cuatro fases y los mismos colores (rojo, naranja, amarillo y verde) para monitorear el nivel de contagio y aplicar un enfoque sanitario, social y económico que permita la apertura gradual en cada región. Adicionalmente se asignan distintos colores a la zona norte y a la zona sur del Estado y se medirá el riesgo de contagio también por cada sector y actividad económica para permitir la apertura gradual de cada negocio.
En las empresas y demás fuentes de empleo, se están implementando los protocolos que protegen tanto a trabajadores como al público. Para ello más de 2000 prestadores de servicios de unos 3,600 inscritos, ya obtuvieron la Certificación en Prevención Sanitaria Turística Estatal y miles de trabajadores están tomando la capacitación en línea del Seguro Social, sobre las medidas de Salubridad para ir al trabajo y el regreso a sus hogares.
Algunas medidas que establece el Plan de Reactivación comprenden: Llenar diariamente cuestionarios de la autoridad sanitaria / tomas de temperatura/ pruebas rápidas al inicio de la transportación; y otros protocolos como los que muchos hemos experimentado al ir a tiendas de autoservicio, bancos o establecimientos, pero ahora siendo responsables de aplicarlos ordenadamente y para ello, la capacitación en sus trabajos durante estos días es fundamental.
A partir de ahora, todos tenemos parte de la responsabilidad para regresar pronto a lo que será más bien una ‘nueva realidad’ que tal vez lleguemos a considerar normal, el día que la asumamos como cotidiana si nos acostumbramos a los protocolos aprendidos y no los relajamos. El mundo cambió y nosotros debemos hacerlo también. El tiempo que nos tome adaptarnos será el que tardemos en salir adelante.