Una serie de redadas migratorias en Los Ángeles desató la indignación de decenas de personas, quienes salieron a las calles para protestar contra la represión ejercida por autoridades federales. Los operativos ocurrieron en una tienda de ropa del Distrito de la Moda y en una sucursal de Home Depot, donde usualmente se reúnen migrantes en busca de trabajo.
Las acciones iniciaron a las 9:15 horas (tiempo local) y fueron encabezadas por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y policías federales. Participaron también oficiales con equipo táctico y rifles de estilo militar, quienes lanzaron granadas aturdidoras para dispersar a los manifestantes.

Un total de 45 personas fueron detenidas. Cuarenta y cuatro de ellas por razones administrativas y una por obstrucción, según confirmó un portavoz de Homeland Security Investigations (HSI). La investigación sigue en curso.
Durante las protestas, algunos ciudadanos intentaron bloquear la salida de las camionetas oficiales. En un video viral, se observa a manifestantes arrojando objetos a los vehículos. Una persona cayó al suelo al interponerse frente a una unidad en movimiento y casi fue atropellada.
El presidente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios de California (SEIU), David Huerta, resultó herido y fue hospitalizado tras ser detenido por los agentes. Su caso generó aún más reacciones de rechazo.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, expresó su apoyo a la comunidad inmigrante y prometió defenderla del ICE. A su vez, el Consulado de México en Los Ángeles visitó la estación migratoria para brindar asistencia legal y emocional a los detenidos y sus familias.
El Consejo Municipal de Los Ángeles acusó a las autoridades federales de emprender una “escalada atroz” contra niños y familias. En un comunicado firmado por 11 de sus 15 integrantes, condenaron las redadas y advirtieron que no permitirán tácticas de miedo para promover agendas políticas extremas.