En México existen 22,560 establecimientos que ofrecen servicios de hospedaje, -o sea – hoteles, según la Secretaría de Turismo. De ellos, el 98 por ciento se clasifican como MIPYMES. Tan solo el 80%, son Microempresas, en tanto el 15% son Pequeñas empresas; el 3% son medianas empresas y sólo el 2% restante son grandes. Suman un total de 808,000 cuartos, que generan el 28.7% del Producto Interno Bruto turístico, y 4.4 millones de puestos de trabajo -entre directos e indirectos-, que representan el 9% del empleo nacional. Con la Pandemia, todo este potencial cayó en crisis, y no ha tenido la oportunidad de que han gozado algunos comercios o servicios, para seguir operando en estos casi 4 meses, o hacerlo en modalidad on-line, debido a la naturaleza de la actividad que representa. Porque se fueron los visitantes, los turistas y los hoteles cerraron.
Ante el riesgo de que se profundice el problema económico, la Banca de Desarrollo, conformada por Nacional Financiera y Bancomext; la Secretaría de Turismo, y la Asociación Nacional de Bancos; presentaron el ‘Programa de Impulso al Sector Hotelero’. Se trata de créditos para las micro, pequeñas y medianas empresas, al que podrán acceder también agencias de viajes y empresas de transportación turística. Consta de una bolsa total de once mil cuatrocientos millones de pesos, para créditos que irán desde los 200 mil a los 30 millones de pesos; y comenzarán a pagarse 6 meses después de su entrega con un plazo de hasta 60 meses y una tasa máxima del 13.5% anual.
El anuncio, sin duda, fue bien recibido por empresarios y representantes del sector en general, pues como algunos expresaron , es oportuno ante la falta de liquidez que tienen hoy las empresas para hacer frente a sus compromisos, en una difícil etapa de ‘vuelta a la nueva normalidad’; sin embargo este aspecto, es el mismo que preocupa a algunos otros, pues el programa está sujeto, como todo crédito, a que la banca comercial, gestione los recursos oportunamente ya que las solicitudes sean aprobadas.
Es deseable que junto con este programa se sumaran otras opciones de apoyo complementarias a esta, como las que surgieron en Quintana Roo cuando el paso del Huracán Wilma en el 2005, que se replicaron durante la crisis del virus AH1N1 en el 2009, y en la que hubo diferimientos de pagos por parte del IMSS, Infonavit y el SAT. Hoy ante la fragilidad de las MiPymes, en especial de las del sector turístico, pues claro que sería una gran ayuda. Pero bueno, tenemos ya un programa con el cual, se podrá ayudar a las empresas y todos hacer un esfuerzo para salir delante de esta pandemia.
Recuerden, hay que usar el tapabocas; la sana distancia y cuidarnos unos a otros. Primero que nada, es la vida y la salud para poder hacer y restablecer nuestros negocios