Por qué los diseños de moda a veces parecen feos o demasiado raros

Muchas de las prendas que parecen imposibles de usar no están pensadas para el uso cotidiano, sino para expresar una idea artística

Cuando se observan las pasarelas de las grandes capitales de la moda, es común escuchar comentarios como: “¿Quién se pondría eso?” o “Parece disfraz, no ropa”. Y aunque para muchos espectadores estos diseños puedan parecer feos, extraños o inusuales, tienen una razón de ser dentro del mundo de la alta costura. Más allá del gusto personal, la moda también es arte, provocación y mensaje.

Moda conceptual: más que ropa, una idea

En las grandes pasarelas, muchas de las prendas que parecen imposibles de usar no están pensadas para el uso cotidiano, sino para expresar una idea. La moda de alto nivel —también conocida como haute couture— puede funcionar como una galería ambulante de arte contemporáneo. En este contexto, los diseñadores utilizan la ropa como un lienzo para hablar sobre temas sociales, políticos o emocionales.

Jean-Paul Gaultier, Alexander McQueen, Vivienne Westwood y más recientemente diseñadores como Iris van Herpen, son conocidos por sus colecciones que desafían los límites de lo que entendemos por “ropa”. Lo que para algunos es “feo”, para otros es una crítica al consumismo, una exaltación del cuerpo humano o un desafío al género.

El impacto visual como estrategia

Imagen de Freepik

En un mundo saturado de imágenes, causar impacto es vital. Los desfiles de moda están diseñados para generar conversación y destacar en medios y redes sociales. Por ello, muchas marcas apuestan por looks extremos que llaman la atención, sabiendo que solo una parte de su colección llegará realmente a las tiendas o será usada por el público.

Esta diferencia se da entre las colecciones conceptuales y las comerciales. La primera se presenta en las pasarelas y funciona como una vitrina de creatividad. La segunda se adapta, se simplifica y se comercializa para el consumidor promedio.

El gusto también evoluciona

Lo que hoy nos parece ridículo o exagerado, mañana puede convertirse en tendencia. La moda siempre va unos pasos adelante del mercado y muchas veces se anticipa a lo que será aceptado en el futuro. En los años 90, los pantalones acampanados o los crop tops fueron motivo de burla; hoy son prendas comunes.

Además, el gusto estético está condicionado por la cultura, la generación y la experiencia personal. Algo que parece feo desde una mirada conservadora, puede ser considerado innovador desde una perspectiva vanguardista.

La moda no siempre busca ser bonita, funcional o comercial. A veces busca provocar, hacer reflexionar o simplemente entretener. Los diseños “feos” o “raros” que desfilan en las pasarelas no son un error: son parte de un lenguaje que mezcla arte, comercio y cultura. Aunque no todos los entendamos, todos somos parte de su influencia.

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