Después de los resultados electorales del domingo, en los que el Partido Popular obtuvo la mayor cantidad de votos en las elecciones regionales y municipales, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, comunicó el lunes que disolverá el Parlamento y convocará elecciones generales para el 23 de julio, anticipándolas cinco meses antes del plazo ordinario establecido.
«Acabo de mantener un despacho con su majestad el rey en el que he comunicado al jefe del Estado la decisión de convocar a un consejo de ministros esta misma tarde para disolver las Cortes y proceder a la convocatoria de las elecciones generales en uso de la prerrogativa que la Constitución atribuye al presidente del gobierno», informó Sánchez en un mensaje emitido desde el Palacio de la Moncloa.
«La convocatoria formal de las elecciones aparecerá publicada mañana martes en el Boletín Oficial del Estado de forma que los comicios se celebrarán el domingo 23 de julio, de acuerdo a los plazos que establece la ley», anunció.
El Partido Socialista experimentó importantes derrotas frente a los conservadores de la oposición en las elecciones locales del domingo, con aproximadamente el 95% de los votos contabilizados, lo que posiblemente pone de manifiesto su fragilidad electoral antes de las próximas elecciones generales a finales de este año.
Solo tres de las 12 regiones que celebraron elecciones mantendrán el control por parte del Partido Socialista, pero con márgenes muy ajustados, mientras que el resto probablemente se inclinará hacia el conservador Partido Popular, ya sea mediante coaliciones o acuerdos informales de apoyo con el partido de ultraderecha Vox.
El Partido Popular toma fuerza
Los avances del Partido Popular (PP) sugieren que los conservadores podrían desplazar a la actual coalición de izquierdas liderada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) si se repiten los resultados en las elecciones nacionales.
Los resultados revelaron pocas mayorías claras, excepto en la Comunidad de Madrid, donde es probable que la presidenta regional Isabel Díaz Ayuso, del PP, sea reelegida con una mayoría absoluta.
Los mayores reveses para los socialistas ocurrieron en las regiones de Valencia, Aragón y Baleares, así como en uno de los bastiones más importantes del PSOE, Extremadura.
En ciudades importantes como Valencia y Sevilla, donde también se eligieron alcaldes, los resultados favorecieron al PP, que también obtuvo una mayoría absoluta en la ciudad de Madrid.
Barcelona fue una excepción entre las grandes ciudades, donde un partido independentista obtuvo la mayor cantidad de votos, aunque por un margen tan estrecho que requerirá un acuerdo con los socialistas para desbancar a la actual alcaldesa, la izquierdista Ada Colau.
El recuento reflejó un retorno a un sistema bipartidista dominado por el PSOE y el PP, luego de una década de mayor participación de partidos más pequeños como Podemos, de izquierdas, y Ciudadanos, de centro, que parecen haber perdido en gran medida sus escaños a favor del PP.