La Casa Blanca lo volvió a decir. Con todas sus letras. México es un narco gobierno. En el comunicado para anunciar los aranceles en el primer minuto del martes, tres veces menciona la sociedad entre el narco y el gobierno mexicano.
Que la Casa Blanca diga esto después de las varias visitas de su gabinete de seguridad a Washington, implica una doble descalificación.
Peor aún si pensamos en la expulsión de 29 narcos, los 10 mil soldados que sellaron la frontera y llevaron a la menor migración en 25 años, los miles de presuntos delincuentes detenidos en México, la tonelada de fentanilo incautada, el enfriamiento de los lazos con China, el silencio cómplice tras lo de Zelenski.
¿Hay algo que pueda hacer el gobierno de la presidenta Sheinbaum ante esa extendida percepción? Ha dicho que es una difamación. En el fondo, es imposible contestar el argumento de que la llegada de Morena al poder, de la mano de López Obrador, implicó un empoderamiento sin precedentes de los carteles de la droga, enmarcado en su permisiva política de “abrazos, no balazos”.
En el comunicado de los aranceles, la Casa Blanca no habla de Calderón ni de García Luna. Habla del gobierno mexicano.
¿A dónde va Trump cuando su comunicado dice que “las organizaciones mexicanas de narcotráfico, los principales traficantes de fentanilo del mundo, operan sin obstáculos debido a una relación intolerable con el gobierno de México”? ¿A dónde va Trump cuando su comunicado dice que “el gobierno de México ha proporcionado refugios seguros para que los cárteles se dediquen a la fabricación y transporte de narcóticos peligrosos”? ¿A dónde va Trump cuando su comunicado dice que “esta alianza con el gobierno mexicano pone en peligro la seguridad nacional de los Estados Unidos”? ¿A dónde va Trump? ¿A concluir que el gobierno de México es institucionalmente incapaz de combatir al narco porque es un narco-gobierno, y entonces no le queda más remedio que ordenar operaciones militares en territorio mexicano?
SACIAMORBOS
¿Un mitin? ¿De verdad, un mitin? ¿Cuál es la idea? ¿Cantar el Himno Nacional, ondear banderas tricolores, que los colectivos morenistas levanten mantas con caricaturas grotescas del presidente americano, que a coro 80 mil mexicanos le mienten la madre a Trump? ¿Para que el domingo después de jugar golf, se le acerque un asesor y le cuente lo que la presidenta Sheinbaum organizó para responder a sus aranceles? ¿Un festín de venganza para el ataque personal a un hombre cuyo motor es el ego?
¿Qué no vimos lo de Zelenski? ¿Por qué Zelenski no convocó a un mitin en la Plaza de la Independencia de Kiev cuando lo batearon en la Casa Blanca? ¿Por qué Starmer no convocó a la gente en Piccadilly, Macron en République, Scholtz en la Puerta de Brandeburgo o Sánchez en la Puerta del Sol? ¿Por qué decidieron que era mejor hacer una cumbre de emergencia, aumentar su gasto militar y tratar de convencer a Trump de que regrese al redil? ¿Un mitin es la respuesta de un gobierno que se presume científico y técnico? ¿Ya están apostando todo a la política interna? ¿Importa más el 80% de aprobación que el 25% de aranceles? ¿Trump le cayó como anillo al dedo porque ante la inevitable recesión económica, ahora puede culpar a Trump y y no a AMLO que dejó al país endeudado y ahuyentando inversiones?