José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay y uno de los líderes más carismáticos y respetados de América Latina, falleció este martes a los 89 años. La noticia fue confirmada por el actual presidente uruguayo, Yamandú Orsi, quien escribió: “Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”.
El mundo político y social despide a una figura que trascendió por su sencillez, su discurso honesto y su estilo de vida austero, que contrastó con los lujos del poder. Mujica murió luego de una lucha contra el cáncer de esófago que, según sus propias palabras, se había extendido al hígado.
Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo.
— Yamandú Orsi (@OrsiYamandu) May 13, 2025
Una despedida anunciada
El 12 de mayo de 2025, se informó que el exmandatario se encontraba en fase terminal y bajo cuidados paliativos. Apenas unos meses antes, en enero, había declarado:
“El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni una cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta”.
Mujica fue diagnosticado en mayo de 2024. Desde entonces, enfrentó la enfermedad con la misma serenidad que caracterizó su vida.
Un legado de palabras que marcaron generaciones
José Mujica no solo dejó huella por su gestión al frente de Uruguay entre 2010 y 2015, sino por la filosofía de vida que predicaba. Estas son algunas de sus frases más recordadas:
- “Pobres no son los que tienen poco, sino los que quieren mucho.”
- “Cuando compras algo, no lo compras con plata, lo compras con el tiempo de tu vida que tuviste que gastar para tener esa plata.”
- “El poder no cambia a las personas, solo revela quiénes verdaderamente son.”
- “Ser libre es gastar la mayor cantidad de tiempo de nuestra vida en aquello que nos gusta hacer.”
- “La política es la lucha por la felicidad de todos.”
Sus mensajes, pronunciados en foros internacionales, entrevistas o charlas con estudiantes, lo convirtieron en un referente moral a nivel mundial.
Su última voluntad: descansar junto a su perra Manuela
Fiel a su vida modesta, Mujica expresó el deseo de ser enterrado en el jardín de su chacra, en el Cerro de Montevideo, junto a su inseparable perra Manuela.
“Ahí afuera hay un sequoia grandote. Está Manuela enterrada ahí. Estoy haciendo los papeles para que ahí también me entierren a mí. Y ya está”, dijo en una entrevista.
Un símbolo de coherencia
Nacido el 20 de mayo de 1935 en Montevideo, Mujica fue guerrillero tupamaro, preso político durante la dictadura, senador, ministro y presidente. Pero más allá de sus cargos, fue admirado por vivir como hablaba: sin ostentaciones, con un pensamiento crítico y un profundo amor por la libertad y la justicia social.
Su partida deja un vacío en la política latinoamericana. Se va un hombre que nunca buscó ser ídolo, pero que terminó convirtiéndose en uno.