Quimera Calamar
De acuerdo a un estudio realizado en 2019 a 167 países vía The Economist y presentado por el Centro de Investigación en Política Pública, los países más democráticos del mundo son los siguientes: Noruega, Islandia, Suecia, Nueva Zelanda y Finlandia. Mientras que los países menos democráticos son: Chad, Siria, República Centroafricana, República Democrática del Congo y Corea del Norte.
El estudio utiliza diversos indicadores para ubicar a los países dentro de cuatro categorías: ‘democracia plena’, ‘democracia defectuosa’, ‘régimen híbrido’ o ‘régimen autoritario’. México se encuentra en el lugar 73 de los 167 países analizados, dentro del rubro de: ‘democracia defectuosa’.
Por categoría, nuestro país obtiene las siguientes puntuaciones:
- Proceso electoral y pluralismo: 7.83 (escala del 0 al 10)
- Funcionamiento del Gobierno: 6.07
- Participación política: 7.22
- Cultura política: 3.13
- Libertades civiles: 6.18
Con estos datos duros podemos afirmar que México pasa ‘De panzazo’ y se encuentra catalogado sin mayores adjetivos como una ‘democracia defectuosa’, esto expresado en términos mundanos, nos reduce como país, a uno que no sólo no ha alcanzado, sino que está muy lejos de poder afirmar que se encuentra en una plenitud democrática.
Estos indicadores no representan la verdad absoluta, sino sólo una interpretación cuantificable de la misma, pero si nos proporciona un panorama comparativo, objetivo y tangible, sin mucho lugar a interpretaciones demagógicas. México es un país ‘mediocre’ en términos políticos y democráticos.
Todos sabemos de algún modo la importancia que tendrán las votaciones el próximo 6 de junio, no únicamente por el hecho de ejercer una obligación ciudadana que debiera ser suficiente, sino porque existe algo mucho más importante en juego, la supervivencia de la incipiente democracia libre y justa en nuestro país.
Analizando muchos de los factores que han constituido a los países con ‘democracia plena’ puedo afirmar en base a datos comprobables, que uno de los primeros que encabeza la lista es la ‘participación activa de la población’ en sus procesos democráticos. Algo que en México siempre ha sido nuestro talón de Aquiles. La poca o nula participación ciudadana en los procesos democráticos es evidente y clara muestra de que nuestro país está en una etapa pueril de su desarrollo social y político.
Dejando a un lado todos los comentarios partidistas, el embrollo de culpabilidades, o el profundo análisis de si el huevo salió podrido o la gallina copuló despeinada, lo cierto es, que la participación activa de la ciudadanía en México, es la responsable de que tengamos un país democráticamente mediocre y amedrentado por el colectivo de bribones que se han apoderado del poder durante décadas. Poniendo en juego no sólo el status quo de un fiable y efectivo entorno democrático, sino la descomposición absoluta de un sistema corroído por la ineptitud y el abuso.
Es responsabilidad de todos nosotros, los que nos jactamos de ser mexicanos cuando nos ponemos una camisa de la selección, los que disfrutamos de los múltiples recursos de un país dilapidado, los que no nos sabemos completo nuestro himno nacional y mucho menos los principales artículos de nuestra constitución, la que deberíamos defender con sangre y no sólo con saliva, empezar como infantes por la primaria democrática, la de votar y persuadir a todos los que nos rodean socialmente a hacer lo propio.
Vota por quien quieras, con la ideología que mejor te plazca, con la que sientas más afinidad, pero pondera lo siguiente: Un país democrático es una sociedad equilibrada, participativa, igualitaria, justa y sobre todo, imparcial al momento de poner al país como prioridad antes de los intereses personales.
México hoy necesita de cada uno de nosotros más que nunca, porque su democracia está en riesgo, y con ello el desarrollo necesario para que el colectivo prospere, avance y se consolide. La mediocridad deja todo en manos de los demás, cada voto es útil, cada voz es es importante aunque parezca estar rodeada de un sórdido silencio, cada marca en la boleta electoral será el punto de un cuadro que dibuje a la República Democrática o al octavo círculo del infiero de Dante. Si, el del Fraude.
Vota y promueve el voto. Convence a quien puedas para que lo haga de manera libre y soberana pero que lo haga. La democracia en México está muriendo por culpa de todos y no sólo por una horda de truhanes, que es cierto, se apoderaron de un país que está acostumbrado a voltear primero para adentro y luego para el otro lado.
Yo se por quien voy a votar. Haré de mi voto algo útil, buscaré el color que anteponga a mi patria por encima de todo. México, estoy cansado, agobiado y hastiado como muchos, pero sigo creyendo en ti y no te dejaré a la deriva para que te traguen los piratas.
Mexicanos al grito de guerra, el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra, al sonoro rugir del cañón.