Las obras de infraestructura que se están realizando en Cancún, marcarán sin duda un antes y un después en la historia de esta ciudad, pues tienen en común que son proyectos largamente deseados por la ciudadanía y que es la que mejor conoce lo que se requiere para tener una mejor calidad de vida.
De los 4 proyectos en desarrollo, el puente de la Laguna Nichupté será el más icónico, pues yo recuerdo, que desde que llegué a vivir aquí hace veinte años, ya se hablaba del tema, inclusive en varias ocasiones se aseguró que comenzaría a construirse en cualquier momento. Sin embargo, no había sucedido hasta ahora. Recientemente en una reunión se nos presentaron los avances de lo que serán las obras provisionales para la construcción sobre el manto lagunar. El puente tendrá una longitud de 8.8 km de largo partiendo de la glorieta del distribuidor vial Kabah donde desembocan las avenidas Tulum y Bonampak y más atrás la Huaycán; rodeará el Área Natural Protegida Manglares de Nichupté para salir sobre la laguna y entroncará a la altura del km 13 del boulevard Kukulcán en la zona hotelera. Contará con tres carriles vehiculares que cambiarán de sentido según la carga vehicular en las horas pico y una ciclovía. Es seguro que las vistas serán únicas. Además será de libre acceso porque no se cobrará peaje para transitar por él.
Las otras obras en proceso que ya se pueden observar, son la ampliación de 11 kilómetros del Boulevard Colosio y del puente del Aeropuerto que tendrá dos carriles en cada sentido vehicular para acceso y salida de las terminales aéreas además de la Avenida Chaac Mol que desahogará el tráfico de la avenida Huayacán a la Colosio.
Es verdad que hoy sufrimos inconvenientes de todo tipo pero pensemos que esto mejorará nuestras vialidades, las plusvalías del destino y la experiencia de los visitantes. Tengamos paciencia; ya falta menos para que podamos decir que Cancún fue otro después de su 53 aniversario.
Me despido y les invito a seguirme en Twitter @Cristinalcayaga.