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    OpiniónLos cuervitos en vacaciones: Trixia Valle

    Los cuervitos en vacaciones: Trixia Valle

    Opinión

    Estamos a días del inicio del ciclo escolar híbrido-virtual-mixto-presencial-blearning-tutorespersonalizados, que grita en distintas voces: «no tengo la recóndita idea de qué voy a hacer» y todos estamos con cara de ¿what? ¿Empieza el 10 de agosto? ¿Voy por los libros? ¿Cómo va a conocer a sus compañeros?

    De veras que pobres papás zopilotes andan desesperados por saber qué va a pasar en el ciclo escolar 2020-2021 y nadieeeee tiene una respuesta que les satisfaga, porque nadie sabe si un día el semáforo estará en verde o no.

    En fin, que mientras los papás zopilotes están con gastritis y mega agobiados, sus lindos cuervitos brincan de alegría por toda la casa porque seguirán en esa vacación/videoconferencia/medio-hago-la-tarea que inició con la pandemia ese viernes 13 de marzo, tipo viernes de Freddy Kruger que nos cambió la vida a todos con el inicio de la cuarentena y la paranoia de la pandemia.

    Así que los papás zopilotes al no tener respuesta, les preguntan a sus cuervitos si ya están listos para la escuela y se crea un diálogo así:

    – Mijito, pero ¿qué va a pasar el año que viene? (Con cara de compungida)

    – ¡No sé, maaaa!

    – Ay mijito pero tu conoces mejor la escuela que yo, ¿qué crees que digan? ¿Irán a abrir?

    – No creo ma… (con cara de obvio no)

    – Pero es que está todo tan mal… esto del Covid ya me tiene ¡harta!

    – ¡Ma! No eres la única ¿ok? Yo también estoy harto de estar aquí y no ver a mis amigos… (cuervito enojado)

    – Ay sii, ¡ajaaaaa! ¡Si te fascina estar en pijama echado viendo Netflix y todas esas series de porquería que te gustan! (Mamá zopilota furiosa con cara de soy muy responsable y tú ‘no obedeces’)

    – Ya vas a empezar maaaa… ¿tú que sabes lo que yo siento? ¡Estoy aburrido, ya quiero salir, extraño a mis amigos! (Grita desesperado el cuervito, al tiempo en que se levanta del sillón dejando un sinfín de migajas de Chips Fuego y galletas y azota la puerta de su cuarto)

    Mamá zopilota, solo atina a decir en voz baja: «Eres un grosero… y no azo—tes la puer—-ta», cuando justo al profesar estas palabras se escucha el «plaaaaam» del azotón.

    Esta escena se repite día tras día en miles, por no decir millones, de hogares con dinámicas cuervito-zopilote, donde el primer error reside en esperar que sean nuestros hijos quienes nos guíen y nos den respuestas. Esto ¡no va a pasar! Ellos son los hijos y nosotros debemos darles a ellos las respuestas.

    Sin embargo, en la generación X no nos gustan los problemas y daríamos todo por volver al News Pedregal, Baby ‘O y Taíz, junto con la época ‘Corro, Vuelo, Me Acelero’ donde no había mayor preocupación que salir ‘a bailar’ (como decíamos) y disfrutar la vida coreando a Luis Miguel.

    Así al hacernos mayores en edad, más para algunos no en madurez, los agobios de la vida los pasamos a nuestros zentenials (generación Z: 2000-2015) y creemos que nos resolverán todas las respuestas del próximo ciclo escolar porque ellos conocen el campus y a los maestros.

    Así mientras los bombardeamos con preguntas, ellos están felices en su eterna vacación de 5 meses que no se ve para cuando terminar, y lo más importante del tema es que la educación académica, que ya de por sí se había relajado con el copy-paste y tareas por encargo, ahora al no estar físicamente en un aula y hacer exámenes orales en línea, muchas veces con un apuntador vía AirPods que les dicta su novia o mejor amigo, pues no habrá garantías en que verdaderamente vayan a aprender.

    Necesitamos ponernos las pilas muy fuerte, todos los papás zopilotes para evitar un año escolar perdido en tiempo, dinero y esfuerzo y que nos quite más de lo que nos deje. La respuesta a este modelo híbrido/mixto/digital/presencial/quién-sabe-que???, es la MOTIVACIÓN y el volver a nuestros hijos AUTODIDACTAS con AUTODETERMINACIÓN y AUTOCONTROL quienes sean capaces de investigar, hacer tarea o estudiar, por «así convenir a sus intereses», no por amenazas y castigos de quitar el celular o Netflix, los cuales, además, la mayoría de las veces… ¡no se cumplen!

    Mejor, y para siempre, cambiemos la crianza de amenazas no cumplidas y sobreprotección, por una crianza amorosa, basada en el respeto, con altos objetivos para nuestros hijos, donde ellos sólo por el simple hecho de verse reflejados en nuestros ojos de orgullo, QUIERAN ser mejores.

    ¿Tú que piensas? Deja tus comentarios, ¡te leemos!

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