El puerto de La Habana recibió este miércoles 12 de junio una flotilla de buques de guerra de la Armada rusa, suscitando diversas reacciones en medio de las tensiones actuales entre Washington y el Kremlin. La llegada de estos buques ocurre tras la reciente autorización del presidente Joe Biden a Ucrania para utilizar armas estadounidenses en ataques dentro de Rusia. No obstante, el Gobierno cubano ha asegurado que los buques no llevan armas nucleares y que su presencia no representa una amenaza para la región. Estados Unidos ha monitoreado la situación y la considera una actividad rutinaria.
Entre los buques arribados se encuentran la fragata Gorshkov, uno de los más modernos de la Armada rusa; el submarino de propulsión nuclear Kazan, con capacidad para disparar misiles con un alcance de hasta 2.500 kilómetros; el petrolero de flota Pashin y el remolcador de rescate Nikolai Chiker. A pesar del antecedente histórico de la crisis de los misiles en 1962, el Gobierno de La Habana insiste en que la visita “se corresponde con las históricas relaciones de amistad entre Cuba y la Federación de Rusia”, según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. La llegada de los buques coincide con una severa crisis económica en la Isla, que depende del suministro de petróleo ruso.
El recibimiento de los buques incluyó un saludo de 21 salvas disparadas por uno de los buques, respondidas por cañonazos desde la Fortaleza San Carlos de La Cabaña, un despliegue que llamó la atención de los pescadores y transeúntes en el malecón de La Habana. La flotilla permanecerá en aguas cubanas hasta el 17 de junio. Durante su estancia, el público podrá visitar la fragata Gorshkov durante cuatro horas diarias, según informó el Gobierno cubano. Los marinos rusos cumplirán un programa de actividades que incluye visitas de cortesía al Jefe de la Marina de Guerra Revolucionaria y a la Gobernadora de La Habana, además de recorridos por lugares de interés histórico y cultural.
Antes de llegar a La Habana, los buques realizaron ejercicios y maniobras en el Atlántico, en línea con maniobras navales previas entre Cuba y Rusia. La fragata Almirante Gorshkov ya había visitado La Habana en 2019, y en julio del año pasado, el buque de entrenamiento ruso Perekop también estuvo en la capital cubana.
Emanuel Pietrobon, analista especializado en América Latina y el espacio postsoviético, declaró al medio The Moscow Times que Cuba sigue siendo “el socio más importante de Rusia en el hemisferio occidental desde un punto de vista puramente geopolítico y geoestratégico”, subrayando que la presencia naval rusa pretende demostrar su capacidad para llegar a las costas de Florida.
Estados Unidos ha mantenido una vigilancia cercana de los buques rusos durante su paso por el Atlántico y el Caribe. Según el Departamento de Estado, estos ejercicios forman parte de una preparación para más maniobras navales y de la fuerza aérea rusa en el Caribe durante el verano, precediendo un ejercicio naval global más grande en otoño.
En el contexto de un fortalecimiento de las relaciones bilaterales, esta semana llegó a Moscú el ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, quien se reunió con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov. Lavrov calificó a Rodríguez como “amigo” y destacó en una rueda de prensa el fortalecimiento del diálogo político y los esfuerzos por estimular la economía cubana. En mayo, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel también visitó Rusia tras la reelección del presidente Putin.
La presencia de los buques rusos en La Habana ha generado preocupación entre los cubanos en las redes sociales, aunque tanto el gobierno cubano como el estadounidense han intentado calmar los ánimos asegurando la naturaleza pacífica y rutinaria de la visita.