26 años han sido suficiente para que Lilián Alarcón haya cimentado un cambio en la salud de miles de mujeres quintanarroenses, y trabaje, desde su trinchera, para mejorar la calidad de vida de víctimas de cáncer de mama, primero en Grupo Desafío y actualmente con Salvati
Sobreviviente del cáncer de mama, encontró en ese capítulo de su vida una fuerte responsabilidad por servir y ayudar a las mujeres que enfrentaban el padecimiento, en un estado donde la enfermedad era prácticamente desconocida.
Nacida en la Ciudad de México, relata que decidió llegar a vivir a Cancún, luego de analizar muchos otras ciudades y estados.
“Había llegado de vacaciones a Cancún y me encantaba, entonces, llegó un momento donde mi esposo y yo decidimos hacer un cambio radical en nuestras vidas en beneficio de nuestros hijos, pues el ritmo de la gran ciudad acababa desgastando a uno”, confesó.
Ya enamorados de Cancún, la decisión estaba tomada y hace 26 años decidieron alistar sus maletas y cambiar el frío del centro del país, por las arenas del Caribe, junto a sus hijos Alberto y Lilián, hoy de 36 y 33 años respectivamente.
Como nuevos residentes de Cancún, tuvieron que aprender a sobrevivir a cosas tan ordinarias como la famosa pulga de mar.
Para la familia, el día se dividía entre escuela, deportes, albercadas, y una mejor calidad de vida y convivio familiar, donde la naturaleza formaba parte de su entorno.
“Una tarde, mi esposo estaba con nuestros hijos en la playa y les decía que el mar nunca era el mismo, que siempre cambiaba, y les dijo ‘miren esa piedra, por ejemplo, no estaba ahí ayer’, y la sorpresa es que no era una piedra, era una tortuga desovando. Nos acercamos, cuidamos el nido, mi hija hizo un cartel de ‘cuidado, nido de tortuga’, y vimos como nacían, fue algo hermoso”.
Ahora son los nietos los que traen nueva alegría al hogar y vida de Lilián. “Nosotros cuidábamos mucho a nuestros hijos. Los hacíamos partícipes de actividades dentro del hogar, de la convivencia sana, y ahora vemos que ellos lo están replicando en sus hogares con nuestros nietos; eso nos pone muy contentos”, puntualizó.
Convertirse en guerrera
2001 fue un parteaguas en su vida. Viviendo en Cancún, fue diagnosticada con cáncer de mama. “Nosotros ya vivíamos en Cancún, donde no había una gran cantidad de médicos especialistas. Fui a la Ciudad de México con mi ginecólogo, a hacerme mis estudios regulares, y fue cuando me lo diagnosticaron”, recordó.
Añadió que en esos años no había, y aun no hay, una infraestructura completa para tratar este tipo de cáncer, y comprendió que había que luchar para salir adelante. “Mi hija en esos tiempos estaba por cumplir 15 años y mi hijo 18 y dije: debo de tomar las riendas de mi vida y salir adelante”, expresó.
Lilián reconoció que la incertidumbre es el primer gran enemigo. “Te enfrentas primero a un diagnostico que nunca esperas oír, te desprendes de tu familia para irte a hacer los tratamientos fuera del estado, en la Ciudad de México. Iba y venía. Mi motor y mi mejor medicina fueron mi marido y mis hijos”.
El diagnostico llegó a inicios del 2001, en julio tuvo cirugía, y a finales de año, una amiga llamada Ady, le platicó de un grupo que se estaba formando: Grupo Desafío.
Poco a poco comenzó a involucrarse y trabajar en él, y ver temas sobre legalidad y poder dar la constitucionalidad de la deducción de impuestos a quienes buscaran sumarse a la asociación civil.
Sin embargo, lo realmente importante fue lo que se comenzó a hacer desde ese grupo. “En su momento, hablar del cáncer de mama era desconocido en Quintana Roo, y de las actividades en todo el mundo durante octubre, por lo que nos pusimos a trabajar, y la primera persona que nos abrió las puertas fue la señora Silvia Salazar, donde propusimos poner al DIF de rosa, como se hacía en otras partes del mundo, y ante la idea se nos quedaban viendo como locas”, recordó.
“Silvia me dijo que me apoyaba, pero tenía que hablar con el presidente municipal, Chacho Zalvidea, quien me preguntó lo que quería”, recordó.
Fue en ese momento cuando se convenció al edil sobre la importancia de la concientización del problema del cáncer de mama y el cómo actividades como el Día Rosa ayudaba a la causa, lo que permitió se sumaran empresarios, autoridades y sociedad civil.
“Todos fuimos creciendo juntos en el tema de lucha contra el cáncer, no solo Grupo Desafío y el sector salud”, celebró.
Luego de 10 años como presidenta de Grupo Desafio, dejó el cargo para pasar a otra etapa de su vida: su hija estaba por casarse y Lilián quería disfrutar esta etapa de los preparativos para la celebración, además del nacimiento de su primera nieta.
Salvati, un nuevo reto
Lilián Alarcón recordó que en octubre de 2009 comenzó a trabajar con Salvati, que es una asociación civil que tiene su matriz en la Ciudad de México y también opera en Guadalajara, que se dedica a apoyar al paciente diagnosticado con cáncer, sobre todo a aquellos de escasos recursos, con educación emocional, nutrición e imagen oncológica.
Señaló que tienen la fortuna de tener seis años como parte del equipo externo de Cancun Oncology Center, donde pueden entrar en contacto con mujeres que necesitan este apoyo linfático.
A esto se suma la creación de ‘November’, para promover la información y el cuidado sobre el tratamiento de próstata en hombres, replicando una campaña creada en Australia.
“En nuestro país mueren más hombres por cáncer de próstata que mujeres por cáncer de mama, y esto es inaceptable, porque si entendiéramos que la prevención y detección temprana salva vidas, no tendríamos que llegar a estas cifras. Somos el único municipio en el país que trabaja el ‘November’ en beneficio de la salud de los hombres. Aún hay mucho por hacer por el cáncer”, finalizó.
Y es así como esta mujer, que eligió hace 26 años vivir en Cancún, descubrió el corazón aguerrido que tenía, al momento de enfrentar el cáncer de mama, y no solo con eso, encontró la capacidad de poder tomar la batuta de la concientización sobre este padecimiento en el destino turístico más importante de México.
Quizá nunca sabremos el número de mujeres que lograron salvar su vida gracias a los trabajos de concientización e información que Lilián ha encabezado durante muchos años, primero en Grupo Desafío, y ahora con Salvati, pero lo cierto es que su labor ha servido en un parteaguas en cientos de personas, quizá el legado más importante que ella está formando en su hogar, después de su familia.