La soledad de la Victoria: Ana Patricia Ojeda

Nike o Niké, como deidad, puede rastrearse más allá de los relatos romanos, incluso puede encontrarse en narraciones datadas anteriores a los dioses primordiales y a los olímpicos.

La diosa de la victoria tuvo tres hermanos, Zelos -la rivalidad- , Kratos -la fuerza- y Bia -el poder-. No se sabe de consorte alguno ni de hijos o protegidos. Siempre cercana a Hermes, Zeus y Atenea, parecía saber elegir buena compañía.

Es a ella a quien se atribuye el origen de las coronas de laurel, como premio a los vencedores, reconocimiento a la buena fortuna y la consolidación de los famosos, a quienes se les consideraba favorecidos por su inspiración.

Caracterizada (casi) siempre por sus grandes alas, Nike se retrata como

Una mujer en forma, considerada por los estudiosos, como una de las representaciones más cargadas de erotismo y a la vez, investida de poder.

Pareciera que las cualidades de este personaje del panteón griego, belleza, poder, posición y legado, se pagaban entonces con la misma moneda que hoy: solitud.

APOV