28.3 C
Cancún
Más
    Belleza y ModaLa promesa de la belleza eterna 

    La promesa de la belleza eterna 

    … ¿hasta dónde llegaremos?
    En La Sustancia, la más reciente película protagonizada por Demi Moore, la obsesión por la eterna juventud toma un giro siniestro. Un giro que nos lleva a la pregunta: ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar en nuestra lucha contra el tiempo?

    Opinión

    En esta búsqueda de la eterna juventud, la industria de la belleza nos ha llevado por caminos insospechados. Hemos pasado de los pepinos en los ojos, las mascarillas de la abuela y la baba de caracol a tratamientos que parecen más experimentos de laboratorio que simples rituales de belleza. 

    Pero aquí estamos, en pleno 2025, y resulta que un poco de… ¿esperma de salmón? en la piel es lo más chic, lo más cool que puedes hacer por tu cutis. 

    Cuando creíamos que los ingredientes exóticos habían llegado al máximo de lo absurdo con el veneno de abeja o el oro coloidal, la innovación cosmética nos demuestra lo contrario: desde Corea del Sur, el epicentro de la investigación cosmecéutica (se refiere a los productos cosméticos que contienen ingredientes biológicos activos) nos llega el tratamiento que usa esperma de salmón (más técnicamente, ADN de su esperma) para regenerar la piel, hidratarla y darle un brillo… de mujer coreana. Por lo que entendemos, este fluido marino tiene una capacidad impresionante para reparar el tejido cutáneo y estimular la producción de colágeno, la proteína sagrada -tan nombrada en los últimos tiempos- que mantiene la piel firme, tersa y luminosa. 

    Dicen que el tratamiento es un verdadero milagro, que las arrugas se suavizan en tiempo récord. 

    Foto de Shvets Production en Pexels

    Y claro, no podían faltar los escépticos, quienes se preguntan si en algún momento la industria cosmética va a poner un “hasta aquí llegamos”. La Sustancia lo plantea claramente: perseguir la juventud eterna viene con un costo terrible.

    Por otro lado, en un paso más en la fusión entre ciencia y vanidad y con la promesa de desafiar al tiempo de manera lo más natural posible, llegan los tratamientos personalizados con hormonas bioidénticas. Ya no bastan los serums con vitamina C ni el retinol ni lo que encuentras over the counter en los mostradores de Ultrafemme o Sephora. Lo último en anti-envejecimiento viene en elíxires a la medida que imitan exactamente la estructura molecular de las hormonas humanas, lo que permite una restauración hormonal sin efectos secundarios indeseables, por lo menos hasta la fecha.

    Desde celebridades hasta empresarias del Silicon Valley han adoptado esta tendencia con devoción casi religiosa. No solo en la peri o postmenopausia, sino que mujeres jóvenes en etapa fértil, se han sometido a estos tratamientos de HRT (Hormone Replacement Therapy, por sus siglas en inglés), y ellas aseguran resultados en una piel rejuvenecida, aumento de energía, mejora en el estado de ánimo y muchos beneficios más.

    Dentro de este mismo renglón, hay un ingrediente estrella que está causando revuelo: cremas vaginales aplicadas en la cara. El razonamiento detrás de esta tendencia es simple: las cremas formuladas para la zona íntima contienen estrógenos y otros compuestos reparadores que hidratan, restauran la elasticidad y revitalizan la piel. Y si funciona tan bien en una zona tan delicada, ¿por qué no en el rostro? Muchas mujeres en las redes sociales, dermatólogas y ginecólogas incluidas reportan resultados inmediatos sin necesidad de pinchazos o láseres.

    Hablando de láseres, una solución más radical (con un poco de dolor, hasta ahora inevitable), son los láseres de CO2. Esta tecnología que está revolucionando la medicina estética elimina las capas superiores de la piel con máxima precisión, estimulando la regeneración y dejando un cutis renovado, sin arrugas ni cicatrices. El proceso es, como dijimos, doloroso (aún poniendo dosis precisas de anestesia local) y requiere un periodo de recuperación, en ocasiones hasta traumático. Pero después del enrojecimiento extremo y la descamación sin tregua, surge una piel de porcelana sin rastro de daños previos.

    Para quienes buscan resultados naturales sin el aspecto «inflado» de otros tratamientos, los bioestimuladores son la clave para un rejuvenecimiento sutil y efectivo. A diferencia de los rellenos dérmicos tradicionales, estos tratamientos no solo rellenan, sino que estimulan la producción natural de colágeno y elastina en la piel, logrando un efecto más duradero y natural. Sustancias como el ácido poliláctico o la hidroxiapatita de calcio se inyectan en zonas estratégicas para redefinir contornos, mejorar la textura de la piel y aportar volumen de manera progresiva. Los efectos pueden durar hasta dos años, y su gran atractivo radica en que no cambian la expresión facial, sino que simplemente devuelven la frescura perdida con el tiempo.

    Queda claro que el concepto de belleza está en plena revolución -y en permanente evolución-. Lo que antes parecía ridículo hoy es un lujo. Lo que hoy resulta inverosímil podría ser algo común más adelante. La Sustancia nos muestra un futuro donde la juventud eterna se convierte en una adicción peligrosa. Quizá en el futuro no necesitemos cremas ni láseres. Un simple upload a un software que rejuvenezca nuestras células al instante podrá ser la solución, el fin de nuestra incansable, obsesiva búsqueda. 

    Quizá el próximo gran hallazgo de la industria de la belleza fusionará genética, tecnología y vanidad en una fórmula definitiva, llevándonos todavía más lejos. Mientras llega ese día, seguiremos untándonos fluidos marinos, hormonas bioidénticas y cualquier otra invención que prometa, aunque sea por unos meses, robarle tiempo al reloj. Al final de todo, la juventud es efímera, pero la búsqueda de la eterna belleza es, sin duda, infinita. 

    El último warning es inevitable: a veces, el precio de la belleza puede ser demasiado alto.

    DEJA UNA RESPUESTA

    Por favor ingrese su comentario!
    Por favor ingrese su nombre aquí
    Este sitio esta protegido por reCAPTCHA y laPolítica de privacidady losTérminos del servicio de Googlese aplican.

    El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

    Recientes