Expertos advierten que la actual situación de Pemex podría tener graves repercusiones en las finanzas públicas de México, que ya enfrentan otras presiones. En el mediano plazo, incluso podría afectar la calificación crediticia del país, según alertaron.
Recientemente, la calificadora Fitch Ratings redujo la nota crediticia de la petrolera mexicana a B+, ubicándola en el nivel especulativo, y Moody’s ratificó su calificación en B1, pero cambió la perspectiva de estable a negativa, lo que indica que enfrenta mayores riesgos crediticios.
Los expertos afirman que es probable que el Gobierno inyecte recursos a Pemex en el próximo año, aunque si lo hiciera en el presente año, sería debido a un escenario más catastrófico del que se está previendo.
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base, resalta el riesgo latente para las finanzas públicas, ya que es ampliamente conocido que la situación de Pemex es insostenible y tarde o temprano el Gobierno intervendrá para ayudar a la empresa.
Baja Calificación de Pemex y Riesgos Crediticios Podrían Afectar la Economía Mexicana
La disminución de la calificación y el cambio de perspectiva implican un mayor riesgo para los inversionistas, lo que significaría que si Pemex coloca deuda en el mercado, deberá pagar tasas más altas.
Diego Díaz, investigador del área de Energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), coincide en que las transferencias a Pemex podrían aumentar en el corto plazo debido a los graves problemas de liquidez que enfrenta la empresa. En los próximos cuatro años, Pemex deberá cubrir la mitad de su deuda, y en el corto plazo ya suma 450 mil millones de pesos al primer trimestre del año.
Los apoyos a Pemex se reflejarán en un deterioro de las finanzas públicas, especialmente porque el Gobierno federal tiene un espacio fiscal limitado, según advierte Diego Díaz.
El investigador también considera que la rebaja en la calificación de Pemex podría eventualmente afectar la calificación crediticia del país. Cuando el Gobierno anuncia que apoyará a Pemex, está reconociendo la deuda de la empresa como un pasivo contingente y asumiendo este riesgo de manera explícita. Por lo tanto, el destino de Pemex afectará al Gobierno federal en consecuencia, como ocurrió en 2019 cuando Fitch Ratings rebajó la calificación de Pemex y posteriormente también recortó la del país.