Mientras la vorágine de las redes sociales se rasga las vestiduras y se quema los transistores para poder entender por qué la fundación de la ciudad de Cancún es anterior al decreto de creación de Quintana Roo como estado libre y soberano, a nuestra entidad la crisis de los treinta se le complicó en los cuarenta y pretende, al parecer, cruzar el umbral de los sin-cuenta.
Esta magnífica entidad a la que ahora le crecieron once municipios, que tiene sus alrededores cubiertos del más codiciado mar caribe, que cuenta con varias islas y tres de ellas de las más ricas en turismo como Cancún, Cozumel e Isla Mujeres; que lleva en su seno una gran cantidad de vestigios arqueológicos, que tiene la segunda barrera de corales más grande del mundo, que genera la mayor cantidad de divisas extranjeras, que recibe más turismo que varios países juntos. Esta entidad federativa con acta de nacimiento que data de 1974, está pasando por la terrible crisis de los 40.
El joven Quintana Roo, comenzó a enfermarse de gravedad cuando a los treinta años cumplidos fue dejado en manos de un joven cozumeleño ya con varias cuentas que pagar y con un ex tutor preso por administrar mal sus riquezas y por haberlo llenado de productos dañinos para la salud.
Así, el joven Quintana Roo paso de los 31 a los 36 años acumulando una crisis de salud sin precedentes y dilapidando todos lo recursos económicos y naturales que tanto presumía, haciéndose el más famoso de las fiestas internacionales, pero acumulando deudas, como diría Joaquín Sabina, convirtiéndose en un príncipe destronado.
Después de ello, el administrador general le otorgó la tutoría del joven Quintana Roo a uno más joven que él, y así, cumpliría sus primeros 40 años dentro de una nebulosa que más bien pareciera una canción del famosísimo álbum de La Trinca, llamado sexo, droga y rock&nroll… ya que no solo desaparecieron los guardaditos que los pocos tutores que aún querían a Quintana Roo escondieron en la cocina y detrás de algunos muebles, sino que dilapidaron las tierras que le habían heredado, mientras pasaba los más álgido de su crisis de los 40 años tratando de encontrar un amor como “La Lola” de Café Quijano…
Al paso del tiempo, ese joven y descuidado tutor también fue encarcelado por administrar mal la herencia de Quintana Roo, quien desesperado no tuvo más remedio que confiar ciegamente y entregarse a quien decía ser el acérrimo rival del depuesto tutor anterior.
Y parafraseando a Sabina, la crisis de los 40 siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido, hasta que se dio cuenta que el hombre de traje gris no solo le había robado el mes de abril.
Y así, finalmente, Quintana Roo se dio cuenta que estaba próximo a llegar a los 50 años y tenía que ponerse a trabajar y a producir en serio, y optó por probar con una tutora, que había demostrado ser luchona, tener agallas y ser muy diferente a los tutores que en teoría debieron haberlo cuidado y apoyarlo -por ser paisanos-, pero que en conjunto hicieron todo lo contrario, dejándole una crisis de los treinta años que se agravo terriblemente en los cuarenta y que ahora de la mano de una mujer comenzará a atenderse con sus tratamientos de psicoterapia y desintoxicación para ser el Quintana Roo que todas y todos queremos que sea. ¡Enhorabuena!