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    La Administración Biden y el Gobierno Mexicano Refuerzan Medidas Comerciales Contra China

    Opinión

    El Gobierno de Estados Unidos, con el apoyo del Gobierno mexicano, ha intensificado su guerra comercial con China mediante la implementación de nuevas medidas para combatir la elusión de aranceles sobre el acero y el aluminio chinos. La Administración Biden anunció este miércoles que, bajo el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), las importaciones de acero que no hayan sido fundidas ni vertidas en México, EE. UU. o Canadá deberán pagar un arancel del 25%. Asimismo, el Gobierno ha establecido un arancel del 10% sobre productos de aluminio fundidos o moldeados en China, Rusia, Bielorrusia o Irán. Estas medidas requieren que los importadores proporcionen un certificado de análisis a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, detallando el país de origen de los metales.

    En acuerdo con estas políticas, el Gobierno de México también exigirá a los importadores de productos de acero más información sobre el país de origen de dichos productos. En un comunicado conjunto, los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador declararon que ambos países implementarán políticas para prevenir la evasión arancelaria y fortalecer las cadenas de suministro de acero y aluminio en América del Norte. Los mandatarios prometieron una mayor cooperación para proteger los mercados norteamericanos de prácticas comerciales desleales.

    Estas nuevas medidas se presentan en un contexto de preocupación creciente sobre el exceso de capacidad industrial de China, que inunda los mercados globales con exportaciones en medio de una débil demanda interna. Esta es la segunda acción contundente del Gobierno de Biden en este ámbito. En mayo pasado, el presidente elevó los aranceles sobre una amplia gama de productos estratégicos de China, incluidos acero y aluminio, vehículos eléctricos, baterías, semiconductores y minerales críticos. El Gobierno estadounidense ha observado con atención el rol de México como una vía para que productos chinos lleguen al mercado estadounidense, aprovechando el acceso libre de impuestos a través del TMEC.

    Katherine Tai, representante comercial de Estados Unidos, calificó estas nuevas medidas como una corrección a un vacío legal dejado desde 2018, durante el Gobierno de Donald Trump. Tai señaló que esta acción conjunta fortalece la posición para defender a los trabajadores y empresas estadounidenses de la capacidad global no de mercado derivada del enfoque económico y comercial dirigido por el estado de la República Popular China.

    De cara a las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el presidente Joe Biden ha buscado el apoyo de los sindicatos, especialmente el de United Steelworkers, oponiéndose a la adquisición de U.S. Steel por parte de la japonesa Nippon Steel.

    México, siendo una de las economías más abiertas al comercio exterior en el mundo, ha elevado también sus medidas para impedir la masiva llegada de importaciones asiáticas. En abril pasado, la Administración de López Obrador impuso aranceles de entre 5% y 50% a 544 fracciones arancelarias sobre envíos de naciones con las que México no tiene un tratado comercial, como India y China. Esta medida afectó a productos variados como acordeones, manufacturas de aluminio y acero, y sandalias, entre otros. En ese entonces, el Gobierno mexicano argumentó que esta decisión buscaba proteger la industria nacional y potencializar el nearshoring, aunque algunos especialistas advertían que había presión de EE. UU. para frenar el avance de mercancías chinas en la región norteamericana.

    La implementación de estas nuevas restricciones y requisitos sobre las importaciones de aluminio y acero marca un nuevo capítulo en la continua guerra comercial global.

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