El exministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil Fernández, ha sido objeto de una investigación por parte del Ministerio del Interior de la isla debido a presuntos «graves errores» en su gestión anterior.
Según lo anunciado por un periodista en un noticiero de la televisión estatal cubana, citando un comunicado del presidente Miguel Díaz-Canel, se determinó que Gil Fernández, quien también se desempeñó como exviceprimer ministro y ministro de Economía y Planificación, incurrió en serias fallas en el ejercicio de sus responsabilidades.
Aunque el comunicado presidencial no especificó la naturaleza de los errores cometidos por Gil, enfatizó el compromiso del Gobierno cubano en combatir la corrupción, asegurando que se mantendrá la legalidad, la transparencia y la cero tolerancia hacia dichas prácticas que perjudican al pueblo.
El mensaje del presidente también reveló que Gil reconoció las acusaciones en su contra y, en consecuencia, renunció tanto a su cargo como miembro del Comité Central del partido como a su posición como diputado en la Asamblea Nacional del Poder Popular.
La destitución de Gil ha generado sorpresa entre aquellos que no están habituados a ver a altos funcionarios del Gobierno comunista enfrentar acusaciones de corrupción. Su papel como figura pública se vio marcado por la implementación de medidas impopulares, que han contribuido a una crisis económica sin precedentes en la isla, incluyendo el aumento significativo en los precios del combustible para la población cubana.
La remoción de Gil de su cargo gubernamental tuvo lugar a principios de febrero, como parte de una reorganización ministerial más amplia.