A escasos dos días de la apertura de la primera etapa del ambicioso proyecto del Tren Maya, voces activistas unidas bajo el colectivo «El Sur Resiste» han levantado fuertes señalamientos sobre las repercusiones adversas que esta iniciativa federal ha desencadenado en las comunidades quintanarroenses. Concentrados en la Península de Yucatán, estos activistas han resaltado consecuencias preocupantes que abarcan desde el menoscabo ambiental hasta el impacto social en áreas específicas.
El trayecto 5 y 6 del proyecto, trazado a través del centro y norte de Quintana Roo, ha sido destacado como un foco de deterioro ambiental, siendo esta una de las principales preocupaciones expresadas por el colectivo. Sin embargo, han ido más allá al poner de manifiesto los efectos adversos en la zona de Felipe Carrillo Puerto, señalando un aumento significativo en el costo de la vivienda y otros fenómenos sociales que han afectado directamente a los habitantes locales.
Iliana May, representante del Centro Comunitario U Kúuchil kCh’ibaloon, expresó su inquietud: «La renta en Felipe Carrillo Puerto se ha disparado. Muchos individuos, especialmente estudiantes, enfrentan dificultades para encontrar alojamiento cercano a las escuelas debido al considerable incremento en los precios de alquiler. Estamos viendo una tendencia en la que tratan de igualar los precios de alquiler con destinos más turísticos como Tulum».
Además del impacto económico, May enfatizó un preocupante aumento en los índices de violencia dentro de la comunidad. «Hemos observado un incremento alarmante en la violencia y numerosos conflictos en nuestra región. Todos estos proyectos, como se ha mencionado anteriormente, se están llevando a cabo sin considerar sus impactos reales», subrayó.
Los activistas recalcaron que la próxima inauguración del proyecto del Tren Maya será incompleta, ya que ha traído consigo una marcada militarización del territorio, un aspecto que ha suscitado una gran inquietud entre los residentes locales y defensores ambientales.
En una rueda de prensa virtual llevada a cabo ayer, los representantes de «El Sur Resiste» provenientes de estados como Campeche, Veracruz, Oaxaca y Chiapas expresaron su firme oposición a este megaproyecto y al Corredor Interoceánico, denunciando los proyectos ferroviarios, la modernización portuaria, la carretera «Puerta al Mar» que atraviesa la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an, así como los planes de construcción de gasoductos transportadores de gas.
«¿Qué se pretende inaugurar?» cuestionó Gamaly Padua Uscanga, activista del Proceso de Articulación de la Sierra de Santa Martha en el sur de Veracruz, dirigiéndose al presidente Andrés Manuel López Obrador, enfatizando la necesidad de atender las preocupaciones y los impactos reales que este proyecto está generando en las comunidades directamente afectadas.
La voz colectiva de estos activistas resalta la importancia de considerar de manera integral los efectos sociales, ambientales y económicos de proyectos de gran envergadura como el Tren Maya, instando a las autoridades a abordar estas preocupaciones y tomar medidas concretas para proteger el bienestar de las comunidades locales y el entorno natural.