Desde el principio se sabía que iba a ser muy difícil y oneroso para el gobierno federal cancelar el financiamiento del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco.
Son un secreto los términos de recompra que aceptó el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, para recuperar mil 800 millones de dólares de bonos a tenedores internacionales, de un total de 6 mil millones.
El fallido aeropuerto que diseñó el afamado Norman Foster, y que tuvo a bien cancelar el presidente Andrés Manuel López Obrador, nos va costar 200 millones de dólares anuales, durante los próximos 20 años.
La entidad que hizo las colocaciones y se comprometió a pagar a los bondholders es el Grupo Aeroportuario CDMX, que ahora dirige Gerardo Ferrando, empresa que tendría a su cargo la operación del NAIM.
La fuente de repago de los bonos es la Tarifa de Uso de Aeropuerto, el famoso TUA, que genera el actual Aeropuerto Internacional de la CDMX (AICM), el llamado Benito Juárez.
Hablamos de los ingresos a futuro seguros o flujos por derecho de uso de la actual terminal capitalina, y que no comprometían al gobierno mexicano como deudor en la construcción del nuevo aeropuerto.
Pero el Covid-19 se atravesó y provocó una caída de hasta 90% en la recaudación de la TUA, lo cual dejó sin ingresos a la fuente de repago para los miles de bonistas que veían al NAIM como una buena inversión.
Semanas atrás, antes de que la pandemia del coronavirus apretara mucho más la operación aeroportuaria, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes emitió un boletín de prensa garantizando ese pago.
La dependencia se refería a lo que resta del año, periodo en el que los pupilos de Herrera y Jiménez Espriú tendrán que apoquinar 100 millones de dólares. En el primer semestre ya liquidaron 100 millones.
La gran pregunta es cómo le van hacer los muchachos de López Obrador para afrontar 200 millones del 2021 y los 200 millones del 2022, si nos atenemos a que hasta el 2023 el AICM lograría su estabilización.
En 2019 el AICM obtuvo por concepto de TUA alrededor de 11 mil millones de pesos, cifra que se desplomó ya en abril. El año pasado cerraron con mil 600 operaciones diarias y ahora son cerca de 140.
El gobierno de la 4T ya empezó a rapiñar actividades para allegarse recursos, como las utilidades de unos 700 trabajadores sindicalizados del AICM. Debieron pagarles 52.5 millones de pesos y les rasuraron la mitad.
Esos 11 mil millones de pesos de TUA serán imposibles recuperarlos en el corto plazo, de ahí que ahora el subsecretario de Transporte, Carlos Morán, tenga en la mira la operación comercial.
Son cerca de 929 arrendatarios de locales comerciales y espacios de publicidad en el AICM, los cuales aportaron alrededor de 3 mil 400 millones de pesos el año pasado. Sin TUA, Morán y Ferrando ya van sobre ellos.
En medio de esta pandemia y el cierre obligado por el gobierno, los funcionarios no les ofrecieron gran respaldo, solo prórrogas de pago escalonado para abril, mayo y junio, y a partir de julio a regularizarse.
Hay una salida viable para hacer frente a los compromisos con los bonistas en los próximos dos años: que la fuente de repago provenga del presupuesto asignado al proyecto de San Lucía.
El aeropuerto Felipe Ángeles no va a ser viable en el mediano plazo. La demanda puede ser satisfecha por el actual aeropuerto. Y eso que no hablamos de los otros 4 mil 200 millones de dólares de bonos.
MÁS ALLÁ DE la estridencia mediática con que los abogados de los disidentes de la Cooperativa Cruz Azul, Víctor Manuel Velázquez y José Antonio Marín, han querido exhibir a Guillermo Álvarez, éste ha venido aclarando posiciones en las denuncias que le imputan por supuestamente desviar más de mil 200 millones de pesos. Le dijimos que chamaquearon al jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera con la versión de compras de casas en el extranjero. La semana pasada Santiago Nieto recibió a Guillermo. No fue para darle derecho de audiencia, como escribimos. Fue un acercamiento que, eso sí, dejó abierta la puerta a una entrevista en la que el director de la agrupación entregará información con la que intentará desvirtuar las imputaciones que los abogados penalistas Guillermo Barradas y Roberto García le enderezaron. Apunte un informe de Nixon Peabody, consultora que dirige John Sandweg, exdirector ni más ni menos que del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE). Investigó las propiedades que le acreditaban a Álvarez y comprobó que no existe ninguna relación con ‘Billy’.
LA SUBASTA A martillo de bienes inmuebles SMI número 2/20, que vendió 4 lotes por un monto de 92 millones 522 mil 250 pesos el 3 de mayo, fue la última de Ricardo Rodríguez como director de ese ente llamado Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado. Fue justo el remate donde salió la mansión del Pedregal que le decomisaron al narcotraficante Amado Carrillo y que compraron los encargados de automatizar el Banco del Bienestar por instrucciones del superdelegado Gabriel García, Alejandro y Carlos del Valle. El instituto se había convertido en una caja opaca.
POR CIERTO, YA se notificó la salida de René Gavira de la dirección de Planeación y Finanzas de Seguridad Alimentaria Mexicana, la agencia dirigida por Ignacio Ovalle. El fin de semana corrió la versión que llegaba ahí Baldemar Hernández, titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la Secretaría del Bienestar que lleva María Luisa Albores, pero no. La posición de Gavira es estratégica electoralmente hablando y se la andan peleando la Oficial Mayor de Hacienda, Thalía Lagunes, y el jefe de los superdelegados, el susodicho Gabriel García.
OTRA: JAVIER DELGADO deja el Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural (Focir). El relevo es Javier May, subsecretario de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional de la Secretaría del Bienestar. Se trata de un exdiputado y exsenador por Morena que fue dos veces alcalde de Comalcalco, Tabasco. Delgado se integraría al equipo del Jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, como enlace con el rubro agropecuario, al lado de Adalberto Palma que es la conexión con la banca comercial y Eugenio Nájera con los sectores tecnológicos e industriales.
HACE SEIS SEMANAS Interjet, de Miguel Alemán Velasco, empezó a volar los Sukhoi que tenía meses atrás guardados. Inició también la recalificación de pilotos. El equipo de William Shaw reculó y abandonó su plan de revenderlos a Aeroflot o al gobierno ruso de Vladimir Putin, ante la decisión de devolver los 47 Airbus a los 12 arrendadores internacionales con los que tenía contratos. Hoy que reinicia operaciones en 14 rutas, la firma que maneja Miguel Alemán Magnani usará dos Airbus y tres Sukhoi probados, a los que agregarán 4 más que se están ‘calentando’.