La tarde del 8 de mayo de 2025 a las 18:07 hora local una fumata blanca emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina anunciando que el cónclave había concluido con éxito. El cardenal Robert Francis Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos, obtuvo la mayoría necesaria y asumió el pontificado con el nombre de León XIV. Miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro estallaron en vítores y aplausos al contemplar el humo blanco, símbolo del consenso alcanzado por los 133 cardenales electores.

Momento clave en el Vaticano
El cónclave inició el 7 de mayo de 2025 y tras cuatro escrutinios logró la mayoría necesaria para designar al sucesor de Francisco, quien falleció el 21 de abril de este año tras un pontificado de casi 12 años. La rapidez del proceso y la unidad mostrada por el colegio cardenalicio reflejaron el deseo de ofrecer estabilidad a la Iglesia en un momento de profunda atención global.
Proceso del cónclave
De acuerdo con la constitución apostólica Universi Dominici Gregis los 133 cardenales menores de 80 años se reunieron en la Capilla Sixtina para votar en entero secreto. Cada ronda de votación se llevó a cabo con gran solemnidad; tras cada escrutinio las papeletas fueron quemadas junto a aditivos químicos que provocaron primero humo negro y luego la señal triunfal de humo blanco.
Reacciones en San Pedro

Kevin Coombs/Reuters
La Plaza de San Pedro vibró con cánticos, oraciones y lágrimas de emoción. Entre los presentes había peregrinos que habían llegado desde América, Europa y África, muchos de ellos antes de iniciarse el cónclave con la esperanza de presenciar el histórico anuncio. Incluso las campanas de la basílica repicaron en señal de júbilo al confirmarse la elección.
En este balcón veremos por primera vez al nuevo papa

Amanda Perobelli/Reuters
El 267º Pontífice de la Iglesia católica está a punto de aparecer en el balcón de la Basílica de San Pedro para presentarse ante el mundo.
El gesto inicial marca la diferencia. En 2013, el papa Francisco sorprendió al aparecer con una humilde sotana blanca, rechazando la fastuosidad tradicional de otros papas.
Optó por el nombre “Francisco” en referencia al santo de Asís, conocido por su vida de pobreza y dedicación a los más necesitados.
Su primer mensaje fue igualmente sencillo: un cálido “Buona sera” (“buenas noches”) dirigido a la multitud, rompiendo con los formalismos habituales.
Próximos pasos tras la fumata blanca
Poco después, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti pronunció el tradicional “habemus papam” desde el balcón de la basílica de San Pedro, anunciando oficialmente el nombre de León XIV. Seguidamente, el nuevo papa ofreció su primera bendición “urbi et orbi” a los fieles, marcando el inicio de su ministerio como 267º sucesor de Pedro.