En estos tiempos, recibimos noticias sobre eventos trágicos relacionados con armas de fuego que suceden en alguna localidad de Estados Unidos. Estos incidentes tienen un impacto tanto en aquellos que fueron testigos directos como en la comunidad en general.
Daniel Nagin, profesor de políticas públicas y estadística en la Universidad Carnegie Mellon, destaca que algunos de estos incidentes parecen ser disputas simples, a menudo entre adolescentes, que ahora se resuelven con armas de fuego en lugar de una confrontación física.
Lamentablemente, en el estado de Illinois, cerca de Chicago, una fiesta que debería haber sido agradable se convirtió en una experiencia horrible. Mientras un grupo de jóvenes disfrutaba de su celebración en los suburbios, escucharon disparos y rápidamente se escondieron. Desafortunadamente, esto resultó en la pérdida de una vida y varios heridos.
En Washington, se vio obligado a cancelarse el festival de música electrónica Beyond Wonderland debido a que un individuo amenazó con disparar al aire a un gran grupo de jóvenes que acampaban cerca del lugar del evento. Afortunadamente, la policía local pudo neutralizar al individuo armado, pero por precaución, el festival fue cancelado al día siguiente.
Baltimore fue escenario de un tiroteo que dejó seis heridos, aunque se cree que no están en peligro. Mientras tanto, Pensilvania experimentó dos eventos en un solo día con poco tiempo de diferencia. Otros estados como Saint Louis y California también fueron víctimas de ataques armados, dejando a jóvenes de entre 16 y 24 años heridos.
Estos son solo algunos de los numerosos actos de violencia y tiroteos que ocurren a lo largo del año en este país. Muchas personas están descontentas con la respuesta del gobierno, que se caracteriza por respetar el derecho de los ciudadanos a portar armas legales. Sin embargo, muchos jóvenes y adultos enojados con la sociedad están utilizando este derecho para causar daño a otros.
Incluso se ha planteado la posibilidad de que haya habido un aumento en estos incidentes armados después de la pandemia de Covid-19.