El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, informó en el primer trimestre del año, que 862 mujeres fueron asesinadas y de estas, 234 -el equivalente al 27%-, fueron feminicidios. Además, del 2021 al 2022 en este mismo periodo, el delito de trata aumentó en 30%. Es alarmante ver las cifras de feminicidios diarios, a las que no debemos acostumbrarnos.
Estoy triste por lo sucedido a Debanhi Escobar en Nuevo León; es un caso que ha puesto a flote la falta de protección hacia las mujeres, la falla en las instituciones y en los protocolos de seguridad, la ligereza con la que se actúa cuando se trata de la desaparición de mujeres; irónicamente la publicidad que alcanzó su búsqueda ocasionó que fueran encontrados los cuerpos de 5 menores desaparecidas en esos días.
Me pregunto: ¿Por qué debemos tener miedo las mujeres?; Hace poco me impresionó escuchar en un foro en el Senado de la República, a una niña que decía que tenía miedo de salir a la calle; y pienso ¿qué clase de vida es en la que desde temprana edad los niños crecen con ese miedo? ¿Qué tiene que suceder para qué nos respeten a cada una de nosotras? En suma ¿Qué nos está pasando como sociedad?
Urge hacer una retrospectiva y analizar qué es lo que sucede al interior de las instituciones y de las familias; por qué la falta de resultados; la escasa efectividad de la Alerta Amber, el Protocolo Alba y las Alertas de Género impuestas a los gobiernos; saber qué pasó exactamente con los albergues para mujeres, niños y niñas en riesgo; porque todo esto ocasiona la impunidad, y vemos tristemente, la ineficacia de un modelo de prevención que ya está agotado.
El hecho es que tenemos que cambiar, tenemos que cambiar, ¡y pronto!
Me despido de ustedes invitándoles a seguirme en Twitter @Cristinalcayaga.