Este 17 de junio entró en vigor la Ley Silla, una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) que obliga a los empleadores a garantizar el derecho al descanso con asiento durante la jornada laboral. Las empresas deberán proporcionar sillas con respaldo y establecer espacios designados para que los trabajadores puedan tomar pausas.
La reforma, publicada hace 180 días, prohíbe que los empleados permanezcan de pie toda la jornada si sus actividades no lo requieren. Su objetivo es prevenir riesgos de salud derivados de la exposición prolongada a una postura vertical, como dolores musculares, várices, tendinitis o lumbalgia.
Antes de esta modificación, la LFT ya contemplaba la existencia de asientos, pero no los reconocía como parte del derecho al descanso. Ahora, la Ley Silla se suma a reformas recientes como el derecho a la desconexión digital y el aumento de vacaciones, enfocadas en mejorar la calidad de vida laboral.
La nueva obligación aplica sobre todo en centros de trabajo de los sectores comercio, servicios y atención al público. En el caso de industrias manufactureras, se implementará si la naturaleza del puesto lo permite.
A partir de ahora, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) tiene 30 días naturales para emitir los lineamientos técnicos sobre los riesgos asociados a estar de pie por periodos largos. Además, las empresas tendrán 180 días naturales (hasta el 14 de diciembre de 2025) para ajustar sus reglamentos internos.
La Ley Silla corrige un rezago histórico. México llevaba 111 años de retraso respecto a países como Chile, Uruguay o Argentina, que ya contaban con legislación similar. Estudios clínicos internacionales indican que estar más de 40 minutos seguidos de pie puede causar síntomas físicos clínicamente relevantes. Aunque ahora el derecho al descanso con asiento está reconocido, los tiempos y condiciones del uso de las sillas dependerán de lo que estipulen los reglamentos internos de cada empresa.
