Se anticipa que en el año 2024, los costos de alquiler en destinos turísticos de México se incrementarán hasta un 25%, debido al proceso de gentrificación intensificado por el modelo de hospedaje ofrecido a través de plataformas digitales como Airbnb.
Este aumento representaría un desafío significativo para el 35% de la población activa del Estado, cuyos ingresos mensuales promedian alrededor de 8 mil 300 pesos, pero que se verán obligados a destinar aproximadamente 6 mil 500 pesos para alquilar viviendas pequeñas en áreas periféricas de las ciudades.
Según datos proporcionados por el sitio web inmobiliario Propiedades.com, se observó un aumento promedio del 38.7% en los precios de la vivienda en las zonas céntricas de ciudades con una gran presencia de propiedades Airbnb, como Cancún y la Ciudad de México, entre 2020 y 2022.
En la actualidad, el alquiler de un espacio reducido en el centro de Cancún tiene un promedio de 13 mil 800 pesos, pero se espera que alcance los 17 mil 250 pesos.
Ciudades como Tulum y Playa del Carmen podrían enfrentar una situación similar, aunque en menor escala, ya que también están experimentando un aumento en la cantidad de propiedades ofrecidas como alojamiento en plataformas como Airbnb.
Leonardo González Castillo, analista del mercado inmobiliario en Propiedades.com, explica que el auge de Airbnb está generando procesos de gentrificación en estas ciudades, lo que resulta en vecindarios enteros ocupados por extranjeros. Esta tendencia impulsa la revalorización de los bienes inmuebles, provocando así un aumento constante en los precios de venta y alquiler.
González señala que para un nómada digital proveniente de Estados Unidos, pagar 820 dólares al mes por alquiler puede considerarse una ganga, pero para los habitantes locales o los trabajadores nacionales con salarios bajos, estos montos resultan inaccesibles.
Según prácticas financieras recomendadas, un trabajador no debería destinar más del 30% de sus ingresos al pago de vivienda. Sin embargo, en estas condiciones y ubicaciones, los costos de los inmuebles absorben casi el 90% de los ingresos, obligando a las personas a mudarse a las zonas periféricas.
Lamentablemente, González advierte que no se prevé una estabilización de este fenómeno en el futuro cercano. Mientras Airbnb continúe expandiéndose en estas ciudades y la gentrificación persista, los precios de alquiler seguirán aumentando de manera descontrolada.