Por una de esas coincidencias de la vida estoy terminando un seminario de la Universidad Iberoamericana, desde la dirección de Comunicación, con mi querido maestro Francisco “Paco” Prieto. Un seminario sobre Albert Camus… en el que hemos explorado el Mito de Sísifo, sus obras de teatro, El Malentendido, Calígula y algo más. Reuniones entre anécdotas en común, algunos de los asistentes llevamos camino andado en alguna sincronía, comentarios sobre tauromaquia y recuerdos de la vida universitaria compartida.
Y la penúltima reunión versa sobre un capítulo del libro El Hombre Rebelde. Justamente el que lleva ese título. En éste Camus explora la rebeldía humana cómo una afirmación de la dignidad frente a la injusticia, la opresión, la violencia y a su tema favorito, el absurdo. Permite una conciencia, así la moral, que dice NO a la humillación pero que da un rotundo SI a un valor superior.
Distingue entre la rebelión contra la condición humana o a Dios (metafísica) y la rebelión contra el orden social o político (histórica) y nos recuerda que esta rebelión si no es consciente se transforma en una ideología totalitaria que puede justificar la violencia en aras de un cambio supuestamente ideal. El reto de la rebelión es mantener la integridad frente a la injusticia sin perder la humanidad. Es ahí donde el totalitarismo lleva la semilla de la destrucción cuando se lleva una idea; raza, clase social, la nación, hasta un absurdo criminal.
No es por nada el que lo escribiera en 1951, cuando Europa se recuperaba de los horrores de la II guerra y él venía de ser participante de la Resistencia. Un rebelde en todo el sentido de la palabra. Camus explora la idea de la rebelión como una respuesta a la opresión y la injusticia, pero también como una fuerza que puede ser corrompida y utilizada para justificar la violencia y la tiranía.
Algunas frases son interesantes;
“Me rebelo, luego existimos” La rebelión individual debería implicar también una solidaridad con los demás.
“La rebelión nace del espectáculo de la injusticia.” Surge como respuesta inevitable ante el sufrimiento del otro.
“El rebelde no destruye por placer; destruye para construir algo mejor.” si no vas construir no destruyas a diferencia del terrorista o del tirano.
“La verdadera generosidad con el futuro está en dar el todo hoy” la violencia sin sentido nunca es una respuesta
“La rebelión es amor, no odio.” Se hace por respeto a la condición humana, a la vida.
Para Camus la justicia social no puede lograrse a través de la violencia y la eliminación de la libertad, sino que debe ser un proceso que respete la pluralidad y la diversidad de la sociedad.
En medio de la violencia se puede elegir el rostro concreto, la vida, lo frágil, lo vivo. Y eso es la verdadera rebeldía; simplemente ser humano. Y ¿qué creen? que me resuena, supongo que por una DeFormación profesional, con los Principios Fundamentales de la Cruz Roja. En un momento de serendipia, la reunión está pactada para el ocho de mayo, día Internacional de La Cruz Roja onomástico de nuestro fundador, Jean Henri Dunant.

Y estos principios fueron formulados a partir de un momento de sufrimiento, en la batalla de Solferino, entre sangre fuego, dolor y muerte un hombre se rebeló. Dunant alzó la voz mientras corría entre los heridos y moribundos gritando las únicas palabras que conocía en italiano “TUTTI FRATELLI” todos hermanos, repartiendo consuelo y organizando la ayuda desinteresada. Afirmando la vida en medio del horror. Porque a fin de cuentas no todo está permitido aunque parezca justificado.
Y los Principios Fundamentales son muy sencillos, muy actuales y pueden llevarse en cualquier lugar y en cualquier momento, en especial en este mundo convulso que nos está tocando vivir. Y me hizo pensar en cómo habría expresado Camus estos principios;
Humanidad; En las guerras, en las hambrunas y en cualquier parte, toda vida importa. Me rebelo ante la cosificación de las personas.
“No hay justicia sin respeto por el ser humano.”
Imparcialidad; El sufrimiento no tiene bandera. Lloro por cada niño herido o muerto sin importar su nacionalidad, me rebelo porque el dolor no distingue orígenes.
“Cada víctima merece ser reconocida como única.”
Neutralidad; No defiendo bandos, defiendo personas. No sirvo a políticos ni a sistemas, sino a los que sufren.
“La ayuda real no tiene rostro político ni pertenece a ninguna nación o credo.”
Independencia; Sólo respondo a la consciencia. Me rebelo cómo el voluntario que actúa sin permiso, sin doblegarme ante el poder.
“Ser libre es ser fiel a lo justo, no a lo útil.”
Voluntariado; Me rebelo en silencio, cotidianamente y con humildad.
“No hace ruido, simplemente sana.”
Unidad y Universalidad; Cada vida humana es un mundo y por eso me rebelo ante la desunión.
“No hay ‘ellos’ y ‘nosotros’. Solo habemos ‘nosotros’.”
“La única rebelión legítima es la que afirma la vida, aún en medio del horror.”
parafraseando e inspirada en El hombre rebelde de Albert Camus
Si quieres si quieres saber más… entra a este enlace.
Y aparte acabo de leer el libro El Loco de Dios en el Fin del Mundo de javier Cercas (merece una entrada aparte, lo prometo)
La rebeldía tiene algo de locura y la locura algo de rebeldía, Javier Cercas la cuenta muy bien , habla de esta loca rebeldía ante el mundo y sus desvaríos descubriéndonos a esos locos de Dios y a Francisco nuestro anterior PAPA. Ver por el otro, verNOS en lo otros. Definitivamente locos y rebeldes…