Ya no sé si esto sucedió en el sexenio de Felipe Calderón, en el de Peña Nieto o la semana pasada:
Aparecen cadáveres colgados de puentes en Michoacán. El presidente no se muestra conmovido por el hecho y le da al asunto el frío de un parte de guerra. El secretario de Seguridad afirma que es un pleito entre grupos criminales dedicados al narcotráfico. Se anuncia que serán enviados cientos de elementos de fuerzas federales al municipio golpeado para brindar protección a la población. Al día siguiente, el secretario informa que han sido detenidas más de diez personas presuntamente relacionadas con los hechos.
El presidente reafirma que no habrá impunidad. Unos días después, se anuncia oficialmente que los detenidos no tenían nada que ver con la matanza. Los gobernadores de todo el país viajan a la Ciudad de México para hacer una gran reunión con el gabinete federal de Seguridad. Proponen nuevas leyes y acuerdan acciones para coordinarse con la Federación y entre ellos a fin de reducir los índices delictivos de manera urgente porque la ciudadanía no puede esperar más. Los gobernadores piden que les manden más elementos federales y el gobierno anuncia que así lo hará. Da las cifras de decenas de miles de soldados, marinos y policías federales desplegados en el territorio.
Yo no sé si esto sucedió en el sexenio de Miguel Ángel Mancera como jefe de Gobierno de la Ciudad de México, o esta semana:
La delincuencia está desatada. Especialmente contra las mujeres. El caso que causó escándalo es el de una menor de edad que fue violada por policías que la engañaron haciéndole creer que estaban ahí para ayudarla. El secretario de Seguridad Pública sale a defender a sus elementos. La máxima autoridad de la capital del país le enmienda la plana, promete que no habrá impunidad y dice que se pone del lado de las víctimas. Se filtran los datos personales de la víctima. La familia dice que no denunciará más, que ha perdido la confianza en la procuraduría. La autoridad se dice indignada, condena la filtración y promete una investigación exhaustiva. Paralelamente, organizaciones marcharon para protestar contra la violencia hacia las mujeres. La protesta derivo en vandalismo. La máxima autoridad de la Ciudad de México descalificó las protestas, dijo que eran violentas, que eran provocaciones, y que, claro, el gobierno no iba a caer en ninguna provocación. Anunció que se abría ya una investigación contra las y los manifestantes para deslindar responsabilidades.
Me cuesta trabajo identificar las diferencias entre los gobiernos de Morena, que prometieron ser tan pero tan distintos, con respecto de sus antecesores a los que han condenado tanto. Para ser de izquierda, no parecen.
SACIAMORBOS
Una licencia de conducir con una dirección que no es la de su casa fue la causa que esgrimió el juez para decir que podía fugarse y por eso le dictó prisión preventiva pese a que el delito que se le imputa permite enfrentar el proceso en libertad. Lo importante es que no haya impunidad en el desvío de por lo menos 5 mil millones de pesos del erario. La vieja discusión para distinguir a un político preso de un preso político apenas empieza.