El día que un funeral en el Vaticano terminó en desastre: el caso del papa Pío XII

Aunque los funerales papales suelen ser ceremonias solemnes, ordenadas y profundamente simbólicas, la historia guarda un caso insólito que ha quedado como una de las anécdotas más oscuras de la Santa Sede. Se trata del funeral del papa Pío XII, cuya muerte en 1958 estuvo marcada por un hecho inesperado y, para muchos, escandaloso: el cuerpo del pontífice se volvió negro y llegó a explotar dentro del ataúd.

Pío XII en el trono papal, retratado por Luis Fernández-Laguna, 1958

Una muerte en Castel Gandolfo

El papa Pío XII falleció el 9 de octubre de 1958 en Castel Gandolfo, la residencia papal de verano. Su deceso marcó el final de un papado largo y polémico, enmarcado por la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Sin embargo, lo que ocurrió después de su muerte terminaría por eclipsar parte de su legado.

Un embalsamamiento improvisado

A diferencia de otros papas, el cuerpo de Pío XII no fue embalsamado por el personal habitual del Vaticano. En su lugar, un médico de cabecera tomó la tarea, utilizando un método experimental basado en inyecciones sin extraer los órganos. El procedimiento resultó ser un desastre: los químicos utilizados no conservaron adecuadamente el cuerpo y provocaron una descomposición acelerada.

El escándalo en pleno funeral

Durante el traslado del cuerpo hacia la Basílica de San Pedro, los signos de descomposición eran evidentes. El rostro del papa comenzó a oscurecerse hasta adquirir un tono negro violáceo. El hedor se volvió insoportable para quienes acompañaban el cortejo. Pero lo peor estaba por venir: debido a los gases acumulados, el cuerpo del pontífice llegó a explotar dentro del ataúd, lo que causó conmoción y pánico entre los presentes.

Consecuencias dentro del Vaticano

El evento fue tan impactante que el Vaticano implementó nuevas reglas para el tratamiento post mortem de los papas. Desde entonces, el embalsamamiento volvió a ser realizado por profesionales bajo estrictas normas de higiene y conservación, evitando experimentos improvisados. La imagen de aquel funeral caótico sigue siendo un recordatorio de que incluso las instituciones más solemnes pueden tener momentos caóticos.

Un hecho poco conocido, pero documentado

Aunque esta historia no suele aparecer en los relatos oficiales, está documentada por diversos historiadores y testigos de la época. Ha sido mencionada en libros y reportajes sobre el Vaticano, y forma parte de los episodios más insólitos en la historia de los funerales papales.

Reflexión final

Más allá del morbo, el episodio del funeral de Pío XII muestra la vulnerabilidad humana incluso en los contextos más sagrados. Aquel día, en vez de un recuerdo de paz y respeto, el mundo fue testigo de un error que el Vaticano nunca volvió a repetir.

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