El pasado 26 de abril se llevó a cabo el “Día Mundial de la Propiedad Intelectual”, cuya celebración se realizó por primera vez el 3 de octubre del año 2000, y desde entonces coma la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, por sus siglas OMPI, decretó al día 26 de abril como aquel en el que se festeja a los creadores y titulares de derechos de propiedad intelectual.
El tema en el año 2025 para la celebración del día de la propiedad intelectual es el de “Música y propiedad intelectual: impulsando la creatividad”, haciendo alusión a la protección que, desde el estado a través de distintos instrumentos internacionales, se debe impulsar para la protección de los derechos de aquellos creadores y autores de obras musicales, combatiendo principalmente la piratería en todos los niveles.
En México, desde el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, las acciones de inspección y aseguramiento, derivada de procedimientos de infracción en materias de comercio por la violación de derechos de autor, así como de infracción de marcas, han tomado un nuevo matiz, con récords históricos en la detección y detención de personas y empresas relacionadas con la introducción ilegal de productos a México de piratería y falsificación, encabezados por Marcelo Ebrard y Santiago Nieto.
Estos resultados, sin duda generan en el ámbito internacional la certeza de que en México se comienza a tomar en serio a la propiedad intelectual y con ello, al comercio internacional licito que durante décadas había sido afectado de manera directa con el exceso de productos apócrifos, como ropa, juguetes, instrumentos de cocina, artículos de belleza, herramientas, aparatos eléctricos, y cuanto artefacto o aparato nos podamos imaginar que se encontraban en el mercado, incluyendo medicamentos, tabaco y alcohol adulterado.
Pero en el día de la propiedad intelectual, no solamente celebramos el éxito que ha tenido el gobierno mexicano en las acciones de prevención y control de la piratería y la falsificación; ya que, en el estado de Quintana Roo también estamos de manteles largos, debido a que en menos de 3 años, el gobierno de María Lezama que recibió en su inicio una denominación de origen como la del Chile Habanero de la Península de Yucatán en desuso, ha logrado en poco tiempo que la entidad forme parte de nuevas indicaciones geográficas como la del Pulpo Maya y el Chicle, y que en los próximos años, el estado se convierta uno de los punteros en la obtención de indicaciones geográficas.
De la misma manera, las legislaturas que han acompañado a la administración de Mara Lezama, la XVII y XVIII, han sido determinantes para rescatar las marcas turísticas más importantes de México, como lo son Cancún y Caribe Mexicano en los 27 países de la unión europea, Estados Unidos y Canadá, a través de diversos exhortos realizados desde la más alta tribuna del estado en la XVII Legislatura.
Así mismo, la XVIII Legislatura de Quintana Roo, ha logrado impulsar desde lo local la ratificación de tratados internacionales en beneficio de los productores del campo coma del mar, así como de los artesanos de todo México coma a través del Acta de Ginebra, que se quedó en suspenso en el Senado de la República en el cambio de gobierno.
Hoy Quintana Roo no solamente es el máximo exponente de México en materia de marcas turísticas, sino que se convierte poco a poco en un productor de indicaciones geográficas del sector primario, y recientemente incursiona en el ámbito de la protección de maras y derechos de autor de bordados y artesanías emanadas de los pueblos originarios, protegiendo así, las raíces intangibles e inmateriales de Quintana Roo.
Sin duda, el avance en la protección de la propiedad intelectual del estado de Quintana Roo es una señal de que los poderes ejecutivo y legislativo trabajan de forma conjunta en la defensa y protección de los activos intangibles más importantes para la agroindustria, la pesca y el turismo lo que nos indica que después de esta administración el día de la propiedad intelectual finalmente se festejará y la vida no seguirá como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.