Tres años después de su retirada de Paseo de la Reforma, el conjunto escultórico de Cristóbal Colón, compuesto por la estatua del navegante genovés y las de cuatro frailes, ha sido completamente restaurado. Sin embargo, aún no se ha determinado oficialmente su destino.
Desde 2020, cuando surgieron propuestas para su eliminación durante las manifestaciones del 12 de octubre de ese año, las esculturas han estado bajo la custodia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y han sido restauradas para una futura reubicación.
Según Diego Jáuregui, especialista en metales de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH, la restauración se completó a finales del año pasado.
Debido a su tamaño, con Colón y los cuatro frailes alcanzando alturas de 4 y 2 metros respectivamente, las esculturas se encuentran actualmente en una instalación del INAH, listas para ser trasladadas cuando se tome una decisión oficial. Aunque se han evaluado la condición del pedestal y su estado de conservación, no se ha tomado una decisión concreta sobre dónde serán reubicadas.
El monumento fue inaugurado en 1877 y formó parte del diseño original del antiguo Paseo de la Emperatriz concebido por Maximiliano de Habsburgo. Posteriormente, se convirtió en parte de una narración histórica junto con otras estatuas en las glorietas.
Sin embargo, como parte de un movimiento mundial anticolonialista y de rechazo a figuras como Cristóbal Colón, las esculturas fueron retiradas, y actualmente, su pedestal es ocupado por la antimonumenta «Justicia», que da identidad a la Glorieta de las Mujeres que Luchan.
A pesar de algunas discusiones sobre su posible reubicación en el Parque América, la última noticia sobre su destino, en febrero pasado, provino de la entonces Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien mencionó que el conjunto sería trasladado al Museo Nacional del Virreinato en Tepotzotlán.
Trabajo de restauración
A pesar de haber sido restaurado, Cristóbal Colón sigue sin un destino definitivo en el aniversario del «Día del Encuentro entre Dos Mundos». Las esculturas, incluyendo Colón y los frailes, aguardan su próximo hogar.
La restauración de las estatuas de Cristóbal Colón y los frailes, que llegaron al resguardo del INAH en 2020 en condiciones deterioradas, fue un proceso complicado debido a la exposición al clima y la acción humana. Estaban cubiertas de gruesas capas de polvo y grafitis que afectaban entre el 15 y el 25 por ciento de cada pieza.
Debido a su altura y la limitada posibilidad de mantenimiento, se tuvieron que eliminar capas de barnices y ceras antiguas de otras restauraciones. Se requirió un esfuerzo significativo para quitar el polvo y la suciedad mediante cepillos aspiradores y un proceso de limpieza con agua y tensoactivo.
La remoción de grafitis se realizó con diversos solventes, hisopos y cepillos de plástico, ya que los grafitis estaban incrustados en los poros de las superficies metálicas. Este proceso se repitió varias veces para eliminar por completo los recubrimientos.
Después de la restauración, las estatuas recuperaron su tonalidad negra con algunas áreas verdosas debido al paso del tiempo, aproximándose a su aspecto original cuando fueron instaladas.
A pesar de la restauración completa, el destino de las estatuas y su pedestal sigue siendo incierto, a pesar de que los expertos consideran deseable que se reúnan como una unidad.