El auge del comercio electrónico en la Ciudad de México ha traído consigo un enemigo inesperado: el plástico de burbujas. A medida que las compras en línea se disparan, la cantidad de plástico utilizado para embalar los productos genera una preocupante cantidad de residuos. Estos desechos no solo saturan los vertederos, sino que también representan un riesgo para la salud de los habitantes de la ciudad.
Según datos de Oceana, el comercio electrónico en México ha experimentado un crecimiento exponencial, pasando de un aumento anual por número de compras en línea del 7.4% en 2015 al 19.7% en 2022. Sin embargo, más allá del incremento positivo que esto representa económicamente, este crecimiento tiene un costo ambiental bastante alto.
El desafío del plástico de burbujas en el comercio electrónico
Tal como menciona el informe de Oceana, organización internacional sin ánimo de lucro, a nivel nacional se generan aproximadamente 286,000 toneladas anuales de plásticos de un solo uso debido al comercio electrónico. Pero eso no es todo: el 30% de estos residuos terminan en la Ciudad de México.
La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) ha revelado datos impactantes: cada día, la capital genera más de 12,000 toneladas de desechos, y una cuarta parte (25%) de esta enorme cantidad corresponde a plásticos de diferentes tipos. De manera aún más preocupante, 41% de estos plásticos son de baja densidad, el tipo comúnmente utilizado para empaquetar productos adquiridos a través del comercio electrónico.
El impacto ambiental del comercio electrónico
El impacto ambiental del comercio electrónico es un tema que no puede ser ignorado. Según Oceana, en 2021 las compras en línea fueron responsables de generar una asombrosa cantidad de 1,534 millones de kilogramos de basura. Esta cifra es un llamado de atención sobre la urgencia de adoptar prácticas más sostenibles. Si no se toman medidas, Sedema estima que para el año 2027, el volumen de residuos plásticos producidos por el comercio electrónico se elevará a 3,298 millones de kilogramos.
¿Existen alternativas sostenibles?
Una solución prometedora para abordar el problema de los residuos plásticos en la industria de la paquetería es la adopción de materiales compostables o biodegradables. Por si te lo preguntabas: no, las bolsas de tela o tote bags no son necesariamente una buena opción.
Estos materiales biodegradables se descomponen naturalmente con el tiempo, reduciendo así la acumulación de plásticos en vertederos y en el medio ambiente. Además, es crucial implementar prácticas logísticas más eficientes, como el empleo de vehículos eléctricos y drones para reducir la huella de carbono asociada con la entrega de paquetes.
Conclusiones
El crecimiento del comercio electrónico es innegable, pero las empresas deben tomar medidas concretas para mitigar su impacto ambiental. La colaboración entre todos los actores involucrados permitirá crear un ecosistema de compras en línea más responsable, después de todo, la eficiencia económica no está peleada con la protección del planeta.