Dónde viven los papas en el Vaticano: entre el palacio apostólico y Santa Marta

La tradición centenaria de los pontífices de vivir en el corazón del Estado más pequeño del mundo contrasta con la decisión de Francisco de optar por un hogar más cercano a la gente. Desde las suntuosas estancias del Palacio Apostólico hasta la sencillez de la residencia Santa Marta, el espacio donde habita el papa refleja su estilo de gobierno y su relación con los fieles.

Orígenes de la residencia papal

Desde la unificación de Italia en 1870, el Palacio Apostólico se convirtió en la sede oficial de los papas. Construido sobre los restos de antiguos palacios y dotado de una arquitectura renacentista, alberga oficinas, capillas y apartamentos privados. Hasta Benedicto XVI, la mayoría de los pontífices eligieron este edificio como su hogar y centro de decisiones eclesiásticas.

La vida austera en Santa Marta

En marzo de 2013, apenas dos días después de su elección, Francisco sintió que el Palacio Apostólico era “un embudo al revés” y optó por mudarse a la residencia de Santa Marta. Esta casa de huéspedes, ubicada junto a los Jardines Vaticanos, tiene habitaciones más modestas y áreas comunes donde el papa comparte mesa con cardenales y visitantes. Según sus palabras, “estar a la vista de la gente me ayuda a no aislarme y me da holgura espiritual”.

Habitación dentro de la residencia de Santa Marta, el edificio donde durmieron los cardenales durante el cónclave en 2005. 
Pool/Getty Images Europe/Getty Images

El retiro de Castel Gandolfo

El palacio apostólico de Castel Gandolfo, a 25 km de Roma junto al lago Albano, ha sido tradicional residencia de verano de los pontífices. En 2016, Francisco abrió al público veinte estancias históricas —biblioteca, capilla y dormitorios privados— para que los visitantes pudieran conocer un espacio reservado durante siglos. Este gesto forma parte de su apuesta por la transparencia y el acercamiento a la sociedad.

Financiamiento y salarios en el Vaticano

Los papas no reciben un sueldo mientras ejercen el pontificado; si necesitan fondos para gastos personales, solicitan ayuda a la Santa Sede. En cambio, los cardenales y altas autoridades eclesiásticas sí perciben una remuneración mensual, que antes de 2021 oscilaba entre 4 500 € y 5 000 €. Para afrontar el déficit generado por la pandemia, Francisco ordenó en ese año un recorte del 10 % en los sueldos de cardenales, del 8 % a jefes de dicasterios y del 3 % al resto del clero.

Perspectivas para el próximo pontificado

El futuro pontífice decidirá si retoma la tradición de instalarse en el Palacio Apostólico o si continúa el modelo de austeridad de Santa Marta. Su elección marcará no solo el estilo de vida del papa, sino también el tono de su pontificado y su relación con la comunidad eclesial y la sociedad civil.

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