Un reciente ataque llevado a cabo por los rebeldes hutíes de Yemen contra un barco petrolero ha desencadenado una crisis ambiental de grandes proporciones en el Mar Rojo. De acuerdo con una ONG especializada en protección ambiental, la marea negra resultante se extiende a lo largo de 220 kilómetros, agravando una ya delicada situación en la región.
Las imágenes capturadas por el satélite Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea mostraron el martes una extensa mancha de petróleo cerca del lugar del ataque al barco «Chios Lion». El Conflict and Environment Observatory (CEOBS), una organización con sede en el Reino Unido, confirmó la presencia de la mancha y señaló que su tamaño sugiere que «el barco dañado tiene fugas de petróleo».
Detalles del ataque e impacto ambiental
El petrolero «Chios Lion», registrado bajo bandera liberiana, fue blanco de un ataque el lunes, a 97 millas náuticas (unos 180 km) al noroeste de la ciudad portuaria de Hodeida, en Yemen. Según la agencia United Kingdom Maritime Trade Operations, administrada por la marina británica, un barco sin tripulación impactó al petrolero, ocasionando daños menores.
El CEOBS informó que la mancha de petróleo se formó a 106 millas náuticas (unos 196 km) al noroeste de Hodeida, coincidiendo con la ubicación del ataque. Este evento destaca los graves riesgos ambientales que conllevan los conflictos armados en regiones sensibles.
Amenaza creciente y consecuencias devastadoras
El incidente subraya la creciente amenaza que representan los ataques a la navegación en áreas conflictivas y sus devastadoras consecuencias ambientales. Los rebeldes hutíes de Yemen han estado realizando ataques a barcos en el Mar Rojo y el Golfo de Adén desde noviembre de 2023. Estos ataques forman parte de una campaña que, según los hutíes, busca mostrar solidaridad con los palestinos en la Franja de Gaza, en medio del conflicto en curso entre Israel y el movimiento islamista Hamas.
Impacto en el comercio marítimo
La empresa danesa A.P. Moller-Maersk reportó el 17 de julio que las interrupciones en el transporte de contenedores a través del Mar Rojo se han extendido más allá de las rutas comerciales entre el Lejano Oriente y Europa, afectando a toda su red oceánica. «El impacto en cascada de estas interrupciones se extiende más allá de las principales rutas afectadas, causando congestión en rutas alternativas y centros de transbordo esenciales para el comercio con el Lejano Oriente de Asia, Asia Central Occidental y Europa», señaló Maersk en un comunicado.
Este ataque no solo tiene implicaciones ambientales devastadoras, sino que también pone de manifiesto los efectos disruptivos de los conflictos armados en el comercio internacional y la seguridad marítima. La comunidad internacional enfrenta el desafío de mitigar estos riesgos y proteger tanto el medio ambiente como la estabilidad económica global.