La idílica imagen de las playas de Puerto Escondido, enclavadas en la costa de Oaxaca, ha sido un reflejo de paraíso terrenal para muchos, incluyendo a Lorenzo Castillo, nativo de la zona y testigo del cambio vertiginoso que ha experimentado su hogar a lo largo de las décadas. Desde la serenidad de cabañas pesqueras hasta el bullicio de turistas y el crecimiento urbano descontrolado, el Puerto Escondido de antaño ha evolucionado hasta convertirse en uno de los destinos turísticos más populares de México, atrayendo a más de 800,000 visitantes en los primeros once meses del año 2023.
Sin embargo, este auge turístico no ha estado exento de desafíos. La saturación de visitantes, impulsada en parte por la creciente influencia de las redes sociales y el marketing de influencers, ha generado tensiones en la comunidad local, representada por voces como la de Castillo, quien lamenta la pérdida gradual de la esencia original de su hogar en medio del crecimiento desenfrenado del turismo.
El fenómeno de la gentrificación, exacerbado por la llegada de inversores extranjeros y el desarrollo inmobiliario masivo, ha provocado un aumento en los costos de vivienda y un deterioro en la calidad de vida para muchos residentes locales. La construcción desmedida, que se ha multiplicado en un 400% desde el año 2022 según fuentes gubernamentales, ha amenazado los ecosistemas naturales y la identidad cultural de la región.
La reciente inauguración de la autopista Barranca Larga-Ventanilla, celebrada como un hito de desarrollo por algunos, ha planteado nuevas preocupaciones sobre la sostenibilidad del turismo en la zona. Si bien esta infraestructura promete facilitar el acceso y mejorar los servicios para los residentes y visitantes, también plantea desafíos adicionales en términos de gestión ambiental, ordenamiento territorial y desarrollo comunitario equitativo.
Contaminación y Gestión Ambiental: Riesgos para la Salud Pública
La falta de infraestructura básica, como sistemas de drenaje sanitario y acceso a agua potable, ha sido señalada como una de las principales deficiencias en la planificación y gestión del crecimiento turístico en Puerto Escondido. Organizaciones locales y ONGs han instado a las autoridades a abordar estos problemas de manera urgente, advirtiendo sobre los riesgos para la salud pública y el medio ambiente si no se toman medidas adecuadas.
La contaminación de las playas y cuerpos de agua, resultado de la descarga de aguas residuales y la gestión inadecuada de los residuos sólidos, plantea un desafío adicional para la sostenibilidad del turismo en la región. La reciente advertencia de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios sobre los altos niveles de bacterias en algunas playas locales subraya la urgencia de abordar estos problemas de manera integral y coordinada.
En este contexto, el llamado a un modelo de desarrollo turístico sostenible se hace cada vez más urgente. Es necesario encontrar un equilibrio entre el impulso económico que representa el turismo y la preservación de los recursos naturales y culturales que hacen de Puerto Escondido un destino único. Esto requiere una colaboración activa entre el gobierno, la comunidad local, el sector privado y la sociedad civil para implementar políticas y prácticas que promuevan la sostenibilidad a largo plazo.
El futuro de Puerto Escondido como destino turístico sostenible depende de nuestra capacidad para abordar estos desafíos de manera proactiva y colaborativa. Solo mediante un enfoque integral y centrado en la comunidad podemos garantizar que las generaciones futuras puedan disfrutar de la belleza y la riqueza cultural de esta región de manera equitativa y sostenible.