El Congreso de Estados Unidos podría obligar a la Casa Blanca a reabrir el T-MEC, en al menos 4 capítulos, como condición para que se apruebe y se cierre antes del 12 de diciembre.
Los congresistas liderados por Nancy Pelosi y la Oficina de Representación Comercial, a cargo de Robert Lighthizer, tienen aproximadamente 20 días legislativos para llegar a un texto final.
Los capítulos suceptibles de ‘reabrirse’, con todo y la enfática resistencia de México, son el Laboral, Propiedad Intelectual, Medio Ambiente y Resolución de Controversias.
Los textos a revisarse van a tener que ser ratificados por el nuevo parlamento canadiense claramente opositor al Primer Ministro, Justin Trudeau, que ganó este lunes la reelección de forma apretada.
Los puntos críticos de la discusión se concentran en la resolución de controversias y la ampliación de la protección a las patentes de medicamentos de nueva generación.
Pero sobre todo la creación de un mecanismo supranacional para que México cumpla las leyes laborales, más allá del compromiso de Andrés Manuel López Obrador de elevar el presupuesto para garantizar la reforma.
Los legisladores demócratas quieren que haya paneles en el T-MEC y que sus resoluciones sean obligatorias para las partes, es decir, para los tres países.
No quieren que les ocurra como en el anexo del TLCAN original de hace 24 años en materia de azúcar, donde no se formaron paneles para resolver controversias comerciales.
En patentes para medicamentos biotecnológicos, Estados Unidos quiere que la protección sea de 12 años, como establece la legislación actual, pero el T-MEC negociado dio 10 años de protección.
Pero la manzana de la discordia de los tres gobiernos es lo laboral, que se refiere a las inspecciones del T-MEC que vigilarían el cumplimiento de la nueva reforma laboral mexicana.
Les preocupa democracia sindical, transparencia de recursos de sindicatos, políticas salariales en la industria automotriz y mano de obra infantil en cultivos de aguacates, frutos rojos y hortalizas.
En el tema medioambiental, los demócratas opinan que están bien las disposiciones para mejorar la calidad del aire, reducir la contaminación en los mares y tener bosques sustentables.
Pero quieren que el T-MEC incluya reglas para remediar el cambio climático, medidas para evitar la contaminación de aguas residuales y políticas públicas para recolectar baterías reciclables.
Los congresistas quieren darse el apretón de manos con Lighthizer antes del Día de Acción de Gracias (28 de noviembre), porque el 12 de diciembre cierren los trabajos en la Cámara.
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, urgió a que la Cámara de Representantes cierre ya el texto. Y ayer el presidente Donald Trump volvió a arremeter fuerte contra Pelosi.
“No puedo creer que la nerviosa Nancy Pelosi no esté actuando más rápido en relación al T-MEC. Su gente lo quiere pero no saben por qué no lo ha sometido a una votación bipartidista. ¡Se está tardando mucho!”
EL LUNES POR la noche Luis y Mauricio Amodío frustraron un operativo del actual Coordinador de la Central de Abastos, Héctor Ulises García. Le había dicho que el también titular del fideicomiso CEDA ganó la semana pasada recursos administrativos para echar a los hermanos, concesionarios desde 2013 de ese recinto. Elementos de la fuerza pública intentaron desalojar a la actual administración, pero se toparon con una suspensión derivada de una demanda de amparo directo que otorgó la Primera Sala de lo Civil del Tribunal Superior de Justicia de la CDMX. La escaramuza se da justo cuando los Amodío, cercanos a Miguel Ángel Mancera, están en pláticas con el gobierno de Claudia Sheinbaum. En la Central de Abasto se transaccionan diariamente más de 300 millones de pesos.
PARA LOS QUE no pueden dormir por la calidad de la investigación de la Comisión Federal de Competencia Económica en el tema de los bancos manipuladores de tasas, le aseguro que el caso está sólidamente armado. El organismo que preside Alejandra Palacios tiene, solo para abrir boca, chats de Bloomberg donde los traders de BBVA de Eduardo Osuna, Citibanamex de Ernesto Torres Cantú, Santander de Héctor Grisi, Barclays de Raúl Martínez-Ostos, BofA de Emilio Romano, JP Morgan de Felipe García-Moreno y del Deutsche Bank se coordinan para ejecutar compras. El sistema de mensajería de Michael Bloomberg los exhibe.
POR FIN PEMEX le hizo justicia a Carlos Slim. También el lunes por la noche salió el fallo de Pemex Exploración y Producción, al mando de Miguel Ángel Lozada, que ayer aquí le reportamos estaba diferido desde el jueves pasado para asignar los trabajos de extracción en Maloob-E y Maloob-I. Al final las huestes de Octavio Romero adjudicaron el contrato a Carso, asociado a Protexa, de Rodrigo Lobo. Ofertaron 315.5 millones de dólares, apenas 4.2 millones más que Grupo R, de Ramiro Garza, y Micoperi, de Silvio Bartolotti.
Y YA QUE hablamos de Carlos Slim, fíjese que sus muchachos acaban de entregarle a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, un proyecto para buscar y extraer agua en la CDMX y área metropolitana. Según nos cuentan, el de Carso tiene precisamente mucho equipo y maquinaria ociosa que ya no pudo utilizar en las rondas petroleras que Andrés Manuel López Obrador frustró como parte de la cancelación de la reforma energética. El punto es que Slim quiere monetizar esa infraestructura entrando fuerte al negocio del agua.
PUES NADA, QUE la española Global Vía está velando armas contra Grupo ICA, que preside Bernardo Quintana. Los hispanos que encabeza Juan Béjar Ochoa digamos que no están muy activos aquí, pero tienen una que otra obra de infraestructura. Tal es el caso del PPS de la autopista Necaxa-Tihuatlán que ambas ganaron en 2006. Se trata de una vía de 36.1 kilómetros que une Puebla con Veracruz. Al parecer la constructora que dirige Guadalupe Phillips la va vender, como sucedió con su filial Operadora de Vías Terrestres.