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    OpiniónCuervitas, zopilotas y cómplices: Trixia Valle

    Cuervitas, zopilotas y cómplices: Trixia Valle

    Opinión

    Para nadie es noticia que la pandemia ha puesto nuestras emociones a revolotear, a aflorar, a jugarnos malas pasadas, a llevarnos a los laberintos inconclusos del pasado y a crear un laboratorio de sentimientos atorados que hoy buscan salida con la fuerza de un huracán.

    Por supuesto que en el caso de las niñas y jóvenes cuervitas, esto aflora aún más, pues la extrema sensibilidad femenina, junto con los ciclos lunares que nos regulan, crean un reto aún mayor para vivir esta cuarentena interminable que hoy comienza a ver un poco de luz. Así también las mamás zopilotas con sus cambios cíclicos y emociones a flote, pueden chocar con sus cuervitas mujeres y caer en una lucha interminable por ver quién tiene la razón.

    Aunque esto es lógico y probable, te quiero decir que, en mi opinión, no es nada recomendable engancharse en ese círculo vicioso de pleitos mamá-hija, Cuervita-zopilota, pues esta situación temporal de las clases en línea, la videoconferencia y las tareas que nadie entiende, va a pasar y lo que NO va a pasar es tu relación con tu hija. Si tú que me lees, eres mamá, te quiero decir con todo mi amor que POR FAVOR guardes calma, tengas paciencia, la preadolescencia es complicada y la adolescencia más… crecer tiene sus momentos y a veces, por un día de pleito, se pueden romper años de cariño.

    Te recomiendo tener mil paciencia, embarrarte toneladas de mantequilla y que todo se te resbale y que en serio le hagas caso a Miguel Ruiz con sus 4 acuerdos y no te tomes NADA personal, pues no lo es, tus hijos le gritan a sus propias frustraciones, en realidad, todos lo hacemos. No nos enojamos con una persona o situación, sino nos enojamos por la frustración interna que sentimos, lo relacionamos con algo externo y ahí descargamos nuestro coraje.

    Hago mucho énfasis en la relación cuervitas-zopilotas, o sea, mamá-hija porque una relación así, es lo más mágico y maravilloso que te puede pasar pues tiende a convertirse en una relación de complicidad, de entrega, de sueños conjuntos, de apoyo que sólo puedo atinar a describir así:

    Para mi tener una cuervita es…

    La prolongación de mis sueños

    Un refugio de ternura

    Unos brazos para abrazar sin parar

    Unos ojos a quien guiar

    Un oasis cuando la vida se pone fea

    La belleza más pura que viene de vuelta

    Mirar mis valores aplicados en otra generación

    Los recuerdos más plenos de mis años muertos

    Poder jugar a las muñecas recordando mis propias metas

    Picar cebolla y mezclar pasteles para hacer una gran receta

    Verla defender sus ideales con tanta fuerza que, aunque no sean los mismos que los míos quedo satisfecha

    Verla crecer y descubrirse mujer justo ahí, frente a mi

    Tener una cómplice, que nunca será mi amiga, pues una hija es mucho más que eso: es una extensión de mi propia vida.

    Para mi tener una cuervita, es un arcoíris para mis días nublados y una inspiración para seguir mejorando, pues en ningún lugar del mundo, mis palabras y acciones tendrán tanto impacto, como en el corazón de mi hija a quien amo tanto.

    Por favor recuerda, la pandemia va a pasar, pero la relación con tus hijos jamás.

    Siempre serán tus hijos, siempre serás su mamá y así con ese pensamiento ámalos, vive solo por hoy y verás que todo esto pronto pasará.

    Tú, ¿qué piensas? ¡Te leemos! FB @trixiavalleoficial

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