Cuando nos referimos a la música o músicos cubanos normalmente hablamos de rumba, bolero y trova. A Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, muy pocas personas pueden decir que no los conocen y solo entre las nuevas generaciones.
Cuba, sin embargo, tiene rock y rockeros surgidos desde el denominado Periodo Especial, con el derrumbe del campo socialista ruso, e impulsados por la nueva etapa de apertura a la inversión extranjera y emprendedores isleños.
Una de las figuras más sobresalientes del rock cubano es David Blanco, con quien tuvimos la oportunidad de platicar.
—Tu grupo abrió el concierto de los Rolling Stones en La Habana, en 2016, y de ahí en adelante de otros grupos rockeros famosos que llegaron a la isla, ¿cómo fue?
—Mira, nosotros llevamos 20 años haciendo rock en Cuba, tengo siete discos ahí. Un día recibí una llamada desde Australia de un productor cubano, y me dice: te va a llamar el manager de la banda que llevará a los Rolling Stones; vieron un concierto tuyo en Cuba y quieren que tú les abras el concierto. Entonces ese concierto fue como la avanzada…
—Pero vámonos un poco atrás… ¿Cómo fue tu formación?
—Yo vengo de una familia de músicos desde mi bisabuelo. Nací en el centro de La Habana, donde había rumba, y abriendo la puerta de mi casa recuerdo que era una casa común con muchos instrumentos musicales. Mi abuelo fue fundador de la Orquesta Filarmónica y Sinfónica de La Habana. Mi madre es músico, entonces generaciones de mi familia se graduaron en el conservatorio donde yo me gradué. Pero en los años 90 en Cuba mi adolescencia, mi niñez, transitó en algo que se llamó el Período Especial, que fue el momento en que el bloque socialista se derrumba y Cuba pierde la ayuda y el convenio que tenía con los países de ese bloque. Fue un periodo de mucha pobreza.
“Cuando vives en una isla estás viendo el horizonte todo el tiempo y quieres salir de ahí. Siempre me sentí desde muy pequeño ciudadano del mundo y sabía que en algún momento tenía que salir de esa isla, experimentar. Nunca he querido irme, me encantaría morirme en Cuba, pero en esa época fue mi formación y fue cuando a los 15, 16 años, empecé a escuchar los primeros grupos de rock. Yo sabía que quería hacer eso y era polémico. Era raro hacerlo en Cuba, pero me gradué en el Conservatorio de Música Clásica, por ejemplo, así que soy una mezcla de muchas cosas”.
—Cuéntame de tu nuevo disco…
—Este es el séptimo disco ya. Yo empecé con la banda en el 2002. Cuando comenzamos lo primero importante que hicimos fue que firmamos con Warner en España y allá sacamos los dos primeros discos. A partir de ahí entramos fuerte en Cuba, empezamos a girar mucho. Llego después a Evolución, que es el disco que me abre las puertas. Es el primer disco que produzco yo y es como llego a Cuba después de que en España querían que siguiera una línea diferente a la que yo estaba sintiendo en ese momento. Luego está el disco Amigos, que hice con grandes de la música cubana. Y después viene Feudalismo Moderno, durante la pandemia.
“Yo tuve mucho trabajo en la pandemia. El primer trabajo fue ¿cómo me reinvento?, porque tengo que seguir viviendo. Entonces me inventé unas cápsulas de un programa que se llama Backstage, que dura unos 27 minutos, tipo reality show… Y nos fuimos hacia Matanzas, digamos, la ciudad donde nació la rumba cubana, y estuvimos con Los Muñequitos de Matanzas, grabamos un tema con ellos que son también Premio Grammy, año 2003”.
Fue en esa etapa, durante la pandemia, que David Blanco y su grupo gestaron el disco Feudalismo Moderno. “Tengo mi pequeño y modesto estudio en La Habana, con las pocas cosas que necesito y ahí me encerré y estuve casi las 24 horas de todos los días ahí, trabajando en esta producción, dándole vueltas al feudalismo moderno, porque hay una canción en el disco que habla de cómo estamos viviendo muy metidos en la tecnología y el poder utiliza eso, tú sabes: para separar. Como joven, y hablando en voz de los jóvenes cubanos dentro y fuera de Cuba, me siento con ese compromiso de denunciar las cosas que suceden en el mundo y lo hago otra vez de una forma muy respetuosa. Pero también es un disco de amor, que te dice que en el amor siempre está la solución y que la música que viene con amor siempre cura el alma”.
Pero David no solo es compositor, músico, cantante y productor; también es ahora diseñador de moda. “Lo que soy es aprendiz; como se dice en Cuba: soy un caradura, me lanzo y muchas veces me lanzo sin saber cómo voy a hacerlo, pero me lanzo”.
—… Tienes tu marca de ropa.
—Sí, la pandemia te digo que me hizo tomarme un tiempo. Y además, hay que buscar variantes en la vida. Y siempre me gustó también lo de la moda. Siempre quise hacer una marca de ropa, me apoyé con la gente de mi disquera en Cuba, porque trabajan un poco también el producto, el mercado textil y conocí a unos emprendedores de la Nueva Era en Cuba, que se le está llamando los nuevos emprendedores, como las medianas empresas privadas, de una forma más oficial.
—¿Aquí te vas a presentar en algún lugar?
—Pues mira, ya estuve por Mérida, estuve en un concierto con mi hermano Ernesto Blanco que estuvo tocando en Mérida, fue invitado por allá, y estamos preparándonos para hacer el año que viene conciertos. Ahí estoy haciendo promoción. Más que nada es una etapa de promo, hacer una gira por acá con la banda. Vine con esa idea y han surgido tantas cosas aquí maravillosas.
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