Del algo tenemos que hablar
El pasado 18 de marzo se estrenó la película La Liga de la Justicia, versión del director Zack Snyder, tal y como lo había concebido y marcó un hito histórico, pues fue la primera vez que un macro estudio reconoció un error garrafal. Claro, los ejecutivos no reconocieron este error directamente, pero sí a través de soltar 67 millones de dólares a Snyder para que terminara su película tal y como la había imaginado.
Esto ha resultado en un éxito sin precedentes en servicios de streaming, formato seleccionado para la película y la reivindicación de un director atacado por los grandes estudios y vapuleado por la crítica.
Pero, ¿Qué hay detrás de todo esto? Aquí va el resumen corto: En el 2017 DC estrenó la película “La Liga de la Justicia”, sin embargo, a pesar de que la película venía “firmada” por Zack Snyder, este director se había retirado del proyecto luego de la muerte de una de sus hijas.
A estas alturas, la mega producción, destinada a pelear contra las películas de la manufactura Disney-Marvel, ya tenía más del 70% grabado y solo le faltaban algunas tomas, musicalización y finalizar efectos especiales.
Para finalizar esta tarea, Warner decidió contratar a Joss Whedon, artífice de Los Vengadores I y II, y quien extrañamente dejó Disney en medio del silencio mediático y a pesar de su importancia recibió la bendición de los ejecutivos de Warner. Éste decidió, con el tiempo encima, realizar regrabaciones, y cambios en el guion, sin que nadie se le opusiese y aún con esto, aún cambiando de manera importante el material de Snyder, y convirtiéndolo en otro engendro a lo visionado por el otro director.
A pesar de esto, decidió dejar el crédito de la película que ya no hizo a Zack Snyder.
Es decir, Whedon decidió culpar a Snyder por lo que él había cambiado, sin asumir ninguna responsabilidad
¿El resultado? En el 2017, cuando se estrenó la Liga de la Justicia, la crítica y los fans la destrozaron. Y mientras que los directivos de Warner salieron rápidamente a culpar del fracaso de la Liga de la Justicia a Snyder, quien se encontraba en pleno duelo por la pérdida de su hija, cada vez más voces de fans comenzaron a dilucidar lo que había acontecido.
La película proyectada en el 2017, que ya estaba escrita, era muy diferente a la que se presentó en los cines y los cambios hechos por Whedon han quedado en evidencia en la nueva película, presentada como Zack Synder’s Justice League, que en estos días es el éxito del momento y ha dejado como villanos verdaderos a Joss Whedon y a los directivos de Warner que durante muchos años incluso, señalaron que la película de Snyder no existía, con tal de ocultar su garrafal error.
Ahora, estamos hablando de una situación que ocurrió entre grandes creativos, pero, bajemos esto a un nivel más ordinario.
En nuestras vidas debemos de tener cuidado de encontrarnos con los “Whedon”, gente que solo llegará a buscar torcer nuestro trabajo, incluso colgarse, y cuando se percaten de que la situación no es favorecedora para ellos, salten del barco y permitan que uno se hunda. Lo vemos en los trabajos en nuestras oficinas, en la escuela, y ahora, se hace mucho más evidente en la política, en estos tiempos electorales, con políticos saltando de un partido a otro, hasta el punto de no saber ni de que colores son o siquiera que ideologías defienden.
Es por eso que hoy en día se torna importante defender a capa y espada lo que uno ama y lo que uno cree. El tiempo es tan mezquino y con la pandemia las oportunidades tan fortuitas, que no podemos perder el tiempo haciendo cosas que no tengan alma, ni sustancia.
Menos la de darle poder a aquellos que no han demostrado ni alma, ni sustancia, mucho menos votar por aquellos que, en la extensión de la palabra, van por la vida como los “Joss Whedon”, colgándose y destrozando lo hecho por otros.
Aquí queda lo que me dijo un amigo: “la diferencia es que mientras el Whedon quiso hacer bien su trabajo, el Snyder dejó todo su alma y su corazón en su creación”. Mientras uno buscaba un reconocimiento y dinero, el otro buscaba sinceridad en su trabajo. Y, ahora, con estas dos películas, queda tan evidente cuál de las dos actitudes en la vida es la que te hace pasar a la posteridad.
Hay algunos valientes, que conozco, que han hecho cosas con pasión por 30 años, aquí, en Cancún, navegando con la firmeza de un «Snyder», a pesar de las mareas provocadas por los «Whedon».