A 50 años del decreto de creación de Quintana Roo, el estado se ha transformado drásticamente en materia de turismo.
Muchos han sido los sucesos que han propiciado esto; aquí les dejo cinco que década a década han sido trascendentales.
Estas cinco décadas reflejan la capacidad de Quintana Roo para reinventarse y adaptarse a las demandas cambiantes del turismo global, siempre con un ojo en la sustentabilidad y la preservación de su impresionante patrimonio natural y cultural.
En la década de 1970 se impulsó la creación de Cancún, un proyecto ambicioso que transformó una región remota en un destino turístico de clase mundial. Con playas vírgenes y un clima ideal, Cancún rápidamente se convirtió en un centro turístico internacional, marcando el comienzo de una era de crecimiento sin precedentes para Quintana Roo. Este hito no solo impulsó la economía local, sino que también posicionó a Cancún como un modelo de desarrollo turístico a nivel global en su momento.
En 1987, poco antes del impacto del huracán Gilberto, la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, destacando la importancia de preservar los ecosistemas únicos de la región. Esta designación llegó en un momento en que el desarrollo turístico estaba en pleno auge, subrayando la necesidad de equilibrar el crecimiento económico con la conservación ambiental. Sian Ka’an se convirtió en un símbolo de sustentabilidad, atrayendo a turistas interesados en el ecoturismo y la protección de la biodiversidad.
En septiembre de 1988, el huracán Gilberto devastó Cancún y otras áreas turísticas de Quintana Roo, causando daños significativos. La rápida y efectiva respuesta permitió una reconstrucción que no solo restauró la infraestructura, sino que también mejoró las instalaciones turísticas y fortaleció la resiliencia de la región. Este evento demostró la capacidad de Quintana Roo para recuperarse ante desastres naturales, sentando un precedente para futuras respuestas ante situaciones similares.
Durante la década de 1990, Quintana Roo expandió su oferta turística hacia el sur con la creación de la Riviera Maya. Esta marca ofreció una alternativa más tranquila y cultural a Cancún, enfocándose en el ecoturismo y las experiencias auténticas. Playa del Carmen, que originalmente era un pequeño pueblo pesquero, se convirtió en un vibrante destino turístico. La Riviera Maya se consolidó como un destino de lujo y naturaleza, diversificando la oferta turística del estado y atrayendo a un tipo de turista interesado en la cultura, la historia y la sustentabilidad.
A partir de la década de 2000, Quintana Roo comenzó a consolidar su diversificación turística más allá del sol y la playa, explorando nuevos segmentos como el turismo de reuniones, el turismo de romance (bodas y lunas de miel), el turismo de aventura y el turismo de bienestar.
Esta diversificación permitió atraer a diferentes tipos de turistas y extender la actividad turística durante todo el año, lo que fortaleció la economía local y aseguró la competitividad de Quintana Roo en el mercado global.
En octubre de 2005, el huracán Wilma causó una devastación significativa en Cancún y la Riviera Maya, afectando gravemente la infraestructura turística. Sin embargo, la región demostró una notable capacidad de recuperación. La reconstrucción incluyó la restauración de playas, la mejora de infraestructuras y la implementación de nuevas políticas de resiliencia. Este proceso, además de restaurar la capacidad turística de la región, también elevó la calidad y sostenibilidad de las instalaciones. La rehabilitación post-Wilma fortaleció la reputación de Quintana Roo como un destino resistente y de alta calidad.
Después de la reconstrucción tras Wilma, Quintana Roo experimentó un auge en el turismo de lujo y bienestar, especialmente en la Riviera Maya. Grandes resorts comenzaron a ofrecer experiencias exclusivas y servicios de alta gama. Tulum se destacó como un epicentro del turismo de bienestar, atrayendo a viajeros que buscaban retiros de yoga, spas de clase mundial y un enfoque en la salud y la sostenibilidad. Este crecimiento atrajo a turistas de alto poder adquisitivo y posicionó a Quintana Roo como un destino donde la sustentabilidad y el lujo se combinan armoniosamente.
Durante la década de 2010, Tulum se consolidó como un destino internacional de turismo de bienestar, destacándose por su enfoque en la arquitectura, la cultura y la gastronomía. Este crecimiento atrajo a una nueva generación de turistas que buscaban experiencias más auténticas y conectadas con la naturaleza. Tulum, con su rica herencia cultural y su entorno natural prístino, se convirtió en un referente global para el turismo de bienestar, promoviendo un enfoque más consciente y sostenible del turismo.
En 2018, se estableció el Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo (CPTQ), una entidad clave para la promoción del estado en el mercado internacional. Este organismo ha sido fundamental para posicionar a Quintana Roo en mercados clave, diseñando campañas de marketing globales que han atraído a millones de turistas. El CPTQ ha jugado un papel crucial en la estrategia de promoción del turismo en Quintana Roo potencializando la marca Caribe Mexicano y dando personalidad de marca a cada uno de sus doce destinos. Este organismo fue fundamental en la reactivación turística durante y después del impacto de la pandemia por COVID-19.
Quintana Roo nació y creció por y para el turismo, un ejemplo de liderazgo global y resiliencia. ¡Enhorabuena Quintana Roo por estos 50 años, orgullo turístico de México!
*Primer Mercadólogo especializado en neuromarketing y turismo a nivel mundial. Consultor especialista en marketing, turismo e inteligencia turística. Contador de historias.
Benjamín Jiménez, Primer Mercadólogo especializado en neuromarketing y turismo a nivel mundial. Consultor especialista en marketing, turismo e inteligencia turística. Contador de historias.