Por Heriberto Villegas
Sí, la violencia en México obedece a causas estructurales como las profundas desigualdades y el lento (a veces obsoleto) actuar del sistema de procuración de justicia… sí, es importante exigir policías, ministerios públicos y jueces profesionalizados… no obstante, pese a los cambios de partidos políticos en el poder, la percepción de inseguridad parece prevalecer tercamente. Entonces, ¿qué podemos hacer los ciudadanos en nuestro actuar cotidiano?
La respuesta parece estar en la construcción de tejido social, algo tan sencillo como reunirnos y asociarnos entre vecinos, amigos o familiares en torno a intereses comunes y a causas comunitarias.
Investigadores como Robert Putnam (1993) han apuntado la importancia de la cohesión social para la construcción de comunidades más seguras y con respeto a la ley: en comunidades donde hay confianza entre ciudadanos y la conciencia cívica los niveles de bienestar son mayores; en cambio, en sociedades con menor grado de tejido social suelen presentarse mayores casos de corrupción, evasión fiscal, criminalidad ¿Nos suena a México?
En nuestro país, según estadísticas oficiales, alrededor del 85 por ciento de los mexicanos NO pertenece a grupos organizados de la sociedad; es decir, los mexicanos tendemos a estar desarticulados como sociedad. Según la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, 8 de cada 10 mexicanos declara nunca haber participado en actividades de beneficio común. Un dato duro y revelador.
Ser parte de la solución
¿Cómo podemos contribuir a la creación de tejido social?, la respuesta es bastante simple, asociémonos en torno a actividades que despierten nuestro interés, acciones tan sencillas como pertenecer a algún club cultural o deportivo, crear algún grupo de cuidado al medio ambiente o reunirse con los vecinos para limpiar el parque más próximo. Si la cohesión social es un requisito importante para vivir en entornos más seguros, es momento entonces de ser más participativos y organizados.
Estudios realizados a nivel internacional revelan que para construir sociedades pacíficas se requieren individuos con fuertes lazos comunitarios, que compartan intereses y prácticas de solidaridad, confianza y cohesión. Seguramente todos queremos vivir en entornos más seguros para nosotros mismos, para nuestras familias y amigos, entonces cabe preguntarnos: ¿somos parte del México apático e indiferente o somos parte del otro México, solidario organizado y participativo en nuestra vida comunitaria?
También te puede interesar: La supremacía del like y el adiós del papel: Heriberto Villegas