Clara Brugada Molina, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, presentó oficialmente la lista pública de deudores alimentarios, una medida que busca garantizar los derechos de la infancia y combatir la violencia económica ejercida contra menores. El anuncio posiciona a la capital del país como la tercera entidad en implementar este tipo de registro, después de Coahuila y Oaxaca.
“Las obligaciones alimentarias no son opcionales, son un derecho de la infancia y una responsabilidad ineludible”, enfatizó Brugada.
Añadió que visibilizar a quienes no cumplen es clave para erradicar la impunidad: “Si se mantiene en las sombras, se normaliza”.
El registro está disponible en línea a través del portal del Registro Civil de la CDMX (https://civil.cdmx.gob.mx). Cualquier persona puede consultarlo ingresando nombre completo y fecha de nacimiento.
Los inscritos enfrentarán diversas restricciones legales: no podrán ocupar cargos públicos, tramitar pasaporte, salir del país ni realizar trámites notariales, hasta que regularicen su situación. Además, se podrá emitir un certificado de no inscripción, útil para comprobar el cumplimiento en trámites legales o administrativos.
Eréndira Cruzvillegas, consejera jurídica de la ciudad, subrayó que esta acción no viola derechos, pues se respalda en la Ley de Transparencia y privilegia el interés superior de la niñez.
Durante el acto, la activista Diana Luz Vázquez Ruíz, promotora de la Ley Sabina, señaló que esta herramienta representa años de lucha de madres que han exigido justicia ante un sistema patriarcal. “México es un país de padres ausentes, y este registro no es venganza, sino una forma de exigir responsabilidad”, expresó.
Vázquez Ruíz también denunció que el 90% de los agresores vicarios son también deudores alimentarios, muchos de los cuales incluso demandan pensión a las madres, pese a no cumplir con sus propias obligaciones.
Brugada cerró el evento reiterando el compromiso de su administración: “El Gobierno de la Ciudad está cumpliendo con velar por las infancias y las adolescentes, pero también se necesita que los padres asuman su responsabilidad”.
