El Gobierno de los Estados Unidos ha dado inicio a un histórico canje de prisioneros con Venezuela, marcando un hito con la liberación del colombo-venezolano Alex Saab. Este empresario, considerado como presunto testaferro de Nicolás Maduro, estuvo detenido en Miami desde el año 2021, cuando fue extraditado tras su arresto en Cabo Verde, África, un año antes.
Las acusaciones en su contra por parte de Washington incluían delitos de lavado de activos, conspiración para delinquir, enriquecimiento ilícito, exportaciones e importaciones ficticias, y estafa agravada. Estos cargos sostenían una extensa trama de corrupción vinculada al gobierno de Maduro.
Aunque la Casa Blanca no confirmó de inmediato estos acontecimientos, diversos medios estadounidenses adelantaron la información, y se asume que tanto el Gobierno de Venezuela como el de los Estados Unidos consideraban la operación como un hecho inminente.
La detención inicial de Saab se llevó a cabo el 12 de junio de 2020 en Cabo Verde, desde donde fue extraditado a Florida para enfrentar un juicio por presunto lavado de dinero asociado con el Gobierno venezolano. Su inclusión en la lista negra del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos en 2019, junto con varios de sus asociados y familiares, resaltó las sospechas sobre su participación en una compleja red de corrupción.
Las acusaciones en su contra no se limitaron solo a Estados Unidos, ya que en Colombia también enfrentaba cargos por lavado de activos desde 2019, mientras que desde el año 2018 era prófugo de la justicia en su país natal. Incluso en México, sus actividades comerciales habían sido objeto de investigaciones.
Durante su proceso legal en Florida, la defensa de Saab intentó establecer su inmunidad diplomática, argumentando que actuaba como un «enviado especial» del Gobierno venezolano. No obstante, la fiscalía desmontó esta defensa presentando una serie de documentos, incluyendo pasaportes supuestamente falsificados por funcionarios chavistas para respaldar su posición diplomática.
Asimismo, se reveló que Saab había sido contratado en secreto por la DEA en 2018 para colaborar con la Administración estadounidense, proporcionando información crucial sobre los sobornos pagados a altos funcionarios del régimen venezolano, según consta en documentos judiciales.
El régimen de Nicolás Maduro, al enterarse de la detención de Saab, lo calificó como un «secuestro en complicidad con las autoridades de Cabo Verde», denunciando presuntas torturas y un encarcelamiento arbitrario que duró 491 días, alegando ausencia de orden de captura y falta de debido proceso. Estas declaraciones fueron atribuidas a la familia del empresario.
El canje de prisioneros entre Estados Unidos y Venezuela, con la liberación de Alex Saab, representa un capítulo significativo en las relaciones entre ambos países, con implicaciones legales y diplomáticas que podrían resonar en la esfera internacional en los próximos días.