“El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal”.
Esta es una cita de Simone de Beauvoir, filósofa francesa de la escuela existencialista nacida el 9 de enero de 1908. A 112 años de su natalicio, se le recuerda y reconoce como novelista y activista en pro del feminismo, ampliamente abordado en su libro “El segundo Sexo” publicado en 1949. Creció en el seno de una familia de moral estricta, estudió en colegios católicos pero su carácter y sus ideas la llevaron a declararse atea.
Simone de Beauvoir sostenía, que el concepto de mujer es un género en construcción sujeto a las condiciones sociales culturales y económicas que viven las mujeres, y abundaba que los espacios donde se da esta construcción eran normalmente culturas patriarcales en las cuales los hombres ostentan el poder económico y social; lo cual somete a las mujeres a roles de subordinación, por lo que la opresión hacia ellas era resultado de ideas y prejuicios perpetuados a lo largo de la historia.
Para remediar esto, proponía “deconstruir” el género, liberarlo de esas ataduras y volverlo a construir a través de la búsqueda de las mujeres de su propia identidad, para lograr reivindicarse como seres libres, individuales y autónomas. Fundó también la Liga de los Derechos de la Mujer junto con otras feministas para que sus ideas pudieran ser llevadas a la práctica.
Hoy más que nunca, su legado cobra relevancia como referente para millones de mujeres en la búsqueda de su propia identidad, de la igualdad y de la independencia, en un mundo patriarcal que apenas comenzó a cambiar hace poco.
Para despedirme, aquí les dejo otra de sus célebres citas:
“Que nada nos defina; Que nada nos sujete; Que sea la libertad nuestra propia sustancia”.
Me despido de ustedes y los invito a seguirme en Equis, antes Twitter, @Cristinalcayaga