Bill Gates ha dado a conocer uno de los compromisos filantrópicos más ambiciosos de la historia: donar prácticamente toda su fortuna en los próximos 20 años. A través de una carta publicada en su blog personal Gates Notes, el multimillonario explica que este esfuerzo estará enfocado en salvar y mejorar vidas a través del trabajo de la Fundación Bill y Melinda Gates.
Una decisión con fecha de cierre
El fundador de Microsoft detalló que su meta es que la fundación cierre sus puertas el 31 de diciembre de 2045, cuando hayan sido distribuidos todos los recursos. Con una fortuna estimada actualmente en 200 mil millones de dólares, Gates planea destinar esa riqueza a proyectos en salud, desarrollo y educación en comunidades vulnerables.
“He sido increíblemente afortunado con el éxito de Microsoft, lo que me permitió acumular una riqueza significativa. Pero no tiene sentido acumular dinero que no se utilizará para mejorar vidas”, escribió. Inspirado por el ensayo El evangelio de la riqueza de Andrew Carnegie, Gates señaló que está convencido de que “los hombres ricos deberían morir sin riqueza”.
Enfoque en salvar vidas y acelerar el progreso
La fundación ya ha destinado miles de millones a combatir enfermedades como la malaria, la poliomielitis y el VIH, así como a mejorar la educación y fortalecer sistemas sanitarios en países de bajos ingresos. Sin embargo, Gates considera que es momento de acelerar aún más esos esfuerzos.
Según explica en su publicación, donar más rápido significa lograr más impacto en menos tiempo. “El dinero puede usarse hoy para salvar vidas que, de otro modo, se perderían. Puede ayudar a los niños a tener mejores oportunidades. Puede construir un futuro más equitativo”.
Sin interés en legados personales
Lejos de querer ser recordado por su nombre, Gates expresa que su mayor deseo es que el mundo del futuro no tenga que enfrentar los mismos desafíos de hoy. “En 100 años, me encantaría que las personas dijeran que enfermedades como la malaria y la tuberculosis suenan como una locura… que hayan sido erradicadas y ya no representen una amenaza”, afirma.
También resalta que no le preocupa cómo será recordado: “No me interesa dejar un legado permanente, sino hacer el mayor bien posible mientras estoy vivo”.
Cierre planeado y ejemplo para otros
El plan no solo implica donar, sino también poner un límite temporal a las operaciones de la fundación. Para Gates, establecer un fin claro —el año 2045— ayudará a acelerar el ritmo del trabajo y permitirá enfocarse en resultados a largo plazo, sin depender de futuras generaciones de administradores.
Finalmente, Gates espera que su decisión inspire a otros multimillonarios a comprometerse activamente con la filantropía: “Mi esperanza es que, al hacer esto, pueda demostrar lo que es posible y motivar a más personas con recursos a unirse al esfuerzo de construir un mundo más justo”.
Con este paso, Gates no solo reafirma su papel como uno de los filántropos más influyentes del mundo, sino que redefine lo que significa la riqueza en el siglo XXI.