Alain Delon, el icónico actor, productor y escritor francés, ha fallecido a los 88 años, dejando un legado imborrable en el mundo del cine. Conocido por su belleza enigmática y su magnetismo en la pantalla, Delon se convirtió en un símbolo sexual internacional y en una de las figuras más importantes del cine europeo de la década de 1960.
Nacido en Sceaux, al sur de París, Delon tuvo una infancia difícil, marcada por el divorcio de sus padres y una educación tumultuosa. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado cuando ingresó al mundo del cine en 1957 con su debut en «Quand la femme s’en mêle». Este fue solo el comienzo de una carrera que lo vería trabajar con algunos de los directores más aclamados de Europa, como René Clément, Luchino Visconti y Jean-Pierre Melville.
Entre sus papeles más recordados se encuentran sus interpretaciones en «Plein Soleil» (1960), «Rocco y sus hermanos» (1960), «El gatopardo» (1963) y «Le Samouraï» (1967). Aunque también incursionó en producciones en inglés, como «The Yellow Rolls-Royce» (1964) y «Red Sun» (1971), su éxito más resonante siempre estuvo ligado al cine europeo.
Delon fue galardonado con un premio César en 1985 por su papel en «Nuestra historia» de Bertrand Blier, y en 2005, fue nombrado Oficial de la Legión de Honor francesa, consolidando su estatus como un ícono cultural.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, lo describió como un «monumento francés», destacando su influencia en el cine y su capacidad para hacer soñar al mundo. Marine Le Pen y el Ministro de Economía, Bruno Le Maire, también se unieron a los homenajes, subrayando la pérdida de una figura que representó la edad de oro del cine francés.
Delon falleció en su hogar en Douchy, rodeado de su familia, después de años de luchar contra problemas de salud. Su partida deja un vacío en la industria cinematográfica y en los corazones de quienes admiraron su trabajo. Su legado, sin embargo, perdurará en las películas que protagonizó y en el impacto que tuvo en la cultura cinematográfica global.