De conformidad con la página web del Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad, el 15 de octubre se celebra el Día Internacional del Bastón Blanco, una conmemoración que busca concientizar sobre la inclusión de las personas con discapacidad visual en la sociedad.
Siguiendo con esta publicación oficial, en este día se destaca la importancia del bastón blanco como un símbolo de independencia y como un instrumento esencial para que las personas con discapacidad visual puedan desplazarse de forma autónoma y segura en el espacio público, como si un bastón blanco sustituyera a las banquetas y semáforos adaptados, o a la falta de mensajes sonoros o en Braille, o la falta de espacios públicos de educación, enseñanza o recreación para personas invidentes.
En 1980, la Unión Mundial de Ciegos formalizó su reconocimiento como emblema de autonomía e igualdad de oportunidades mediante el uso de ese bastón, instrumento que en teoría permite a quienes lo usan detectar obstáculos al ras del suelo, desplazándose de manera más segura y efectiva, siempre que no lo haga en México en donde las banquetas son asimétricas, donde no existe ni el más mínimo interés de gestionar acciones en beneficio de las personas ciegas para que puedan desplazarse con seguridad en ciudades llenas de basuras y alcantarillas o registros sin tapa que se convierten en una trampa mortal para cualquier persona con la mínima debilidad visual.
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que actualmente en el mundo existen 253 millones de personas con discapacidad visual, de las cuales 36 millones tienen ceguera total. Sin embargo, muchas de estas personas, especialmente aquellas que viven en países en vías de desarrollo, no tienen acceso al bastón blanco, ni a educación, ni a salud, ni poder desplazarse por ciudades cuyas banquetas se convierten en basureros o en restaurantes populares sin el mayor interés de las autoridades por ser responsables. De transporte público tampoco podemos hablar, dado que las personas con alguna discapacidad de inmediato resultan discriminadas por los dis-capacitados choferes de las unidades concesionadas por el Estado.
En teoría en este Día Internacional del Bastón Blanco, deberíamos estar haciendo recuento de las acciones e inversiones realizadas para lograr una accesibilidad universal y un acercamiento a lo que podría ser una igualdad de oportunidades. Sin embargo, no se hicieron eventos sobre la importancia de una sociedad inclusiva que facilite el acceso universal y seguro a los espacios públicos para todas las personas, sin importar su capacidad visual, así como tampoco las autoridades electorales cacarearon las afirmativas para elegir personas con discapacidad en donde juegan un papel importante las personas ciegas.
Sin embargo, hoy que como diputado local formo parte del segmento de personas con alguna discapacidad motriz con una imposibilidad absoluta de poder acceder cualquier lugar en silla de ruedas o andadera he hecho propios estos reclamos y desde el Congreso del Estado, con mis compañeros diputados del Partido del Trabajo presenté una iniciativa para que las concesionarias de transporte público del Estado de Quintana Roo, contemplen un 10% de sus unidades adaptadas para personas con discapacidad, incluyendo obviamente a las personas invidentes. Solo nos resta conocer si la mayoría del Congreso de Quintana Roo, considera como parte del segundo piso de la transformación a las personas con discapacidad y votan en favor de esta acción legislativa que reivindica los derechos de ese sector de la sociedad a través de la Comisión de Movilidad, o si, por el contrario, se desecha para beneficiar a las concesionarias que durante décadas han discriminado a las personas con discapacidad bajo el cobijo de una autoridad benevolente. De ser así, la vida seguirá, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.