El cáncer de pulmón es una de las enfermedades más letales a nivel mundial, cobrando millones de vidas cada año. Aunque su asociación con el tabaquismo es bien conocida, la realidad es más compleja: existen múltiples factores que pueden desencadenar esta enfermedad, y no todos están directamente relacionados con el consumo de tabaco.
El tabaquismo: la causa principal, pero no la única
Fumar cigarrillos, puros o pipas es, sin duda, el factor de riesgo más importante para desarrollar cáncer de pulmón. Se estima que alrededor del 85% de los casos están relacionados con el consumo de tabaco. Esto se debe a que el humo del tabaco contiene más de 70 sustancias cancerígenas, entre ellas el benzopireno y el formaldehído, que dañan progresivamente el ADN de las células pulmonares.
Sin embargo, no todos los fumadores desarrollan cáncer de pulmón, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre el papel de otros factores. También existen casos, no pocos, en los que personas no fumadoras desarrollan esta enfermedad.
¿Por qué algunos fumadores no enferman y otros sí?
Aquí entra en juego la genética individual. Algunas personas tienen una mayor capacidad para reparar el daño celular causado por el humo del tabaco, mientras que otras presentan mutaciones genéticas que las hacen más vulnerables. Además, la duración del hábito, la cantidad fumada diariamente, el tipo de tabaco y la edad de inicio influyen notablemente.

Causas adicionales del cáncer de pulmón
Aunque el tabaquismo es el factor predominante, hay muchas otras causas:
- Exposición al radón: Es un gas radioactivo natural que puede acumularse en edificios y hogares. Es la segunda causa de cáncer de pulmón en no fumadores.
- Contaminación ambiental: La exposición prolongada a partículas contaminantes del aire (como las emitidas por motores diésel, fábricas o quema de combustibles) aumenta el riesgo.
- Exposición laboral: Sustancias como el asbesto, arsénico, cromo o níquel, presentes en ciertos ambientes laborales, pueden ser cancerígenas si se inhalan.
- Historial familiar y genética: Tener un pariente cercano con esta enfermedad puede aumentar el riesgo, incluso sin haber fumado.
- Infecciones previas: Algunas infecciones pulmonares crónicas y cicatrices en los pulmones también pueden predisponer al cáncer.
Cáncer de pulmón en no fumadores
Aproximadamente el 15% de los casos se dan en personas que nunca han fumado. En estos casos, el radón, la contaminación, factores genéticos y exposiciones laborales son los culpables más comunes.
Aunque el tabaco sigue siendo el enemigo número uno en el desarrollo del cáncer de pulmón, no es el único. El estilo de vida, la genética, el ambiente y la exposición a agentes cancerígenos también juegan un papel crucial. Ver a fumadores con pulmones aparentemente sanos y a no fumadores afectados por cáncer puede parecer contradictorio, pero es reflejo de una realidad médica compleja donde múltiples factores se combinan de forma única en cada individuo. Por eso, más allá de estadísticas, la prevención y el diagnóstico temprano siguen siendo nuestras mejores armas.