Elon Musk está un paso más cerca de fundar su propia ciudad: Starbase. Lo que por años parecía una idea excéntrica, hoy está en vías de convertirse en una realidad formal en el sur de Texas. SpaceX, su empresa de tecnología aeroespacial, ha impulsado una petición oficial para incorporar una nueva ciudad en la zona de Boca Chica, donde realiza gran parte de sus lanzamientos de cohetes.
Starbase: una ciudad hecha por y para SpaceX
Con alrededor de 500 residentes —la mayoría empleados o familiares de trabajadores de SpaceX—, Starbase sería una comunidad de aproximadamente 4 kilómetros cuadrados, tamaño similar al de Central Park. La propuesta fue presentada a las autoridades del condado de Cameron y contempla elecciones municipales para nombrar a tres funcionarios, incluido el alcalde. El primer candidato a ese cargo sería Gunnar Milburn, actual director de seguridad de la empresa.
Casi todas las propiedades habitadas de la zona pertenecen a SpaceX, y muchas están ocupadas por personal que vive en casas restauradas o remolques Airstream instalados cerca de las instalaciones. Según documentos presentados junto a la solicitud, SpaceX mantiene un control meticuloso de quién reside en cada unidad habitacional.
De proyecto industrial a comunidad civil
La incorporación de Starbase como ciudad permitiría a Musk y su equipo tener un mayor control sobre la administración local. Podrían establecer su propio cuerpo de policía, dictar ordenanzas, gestionar servicios públicos e incluso optar a subvenciones estatales o federales. Esto implicaría que funciones hoy asumidas por SpaceX —como la provisión de agua, servicios médicos o el mantenimiento de caminos— quedarían formalmente bajo una entidad pública.
Kathryn Lueders, directora general de SpaceX para Starbase, explicó en una carta oficial que la formalización de la ciudad ayudaría a gestionar mejor las funciones cívicas ya desempeñadas por la empresa en esta región remota.
Un experimento urbano sin precedentes modernos
Aunque existen casos poco comunes de ciudades fundadas por particulares —como Todd Mission, creada por el fundador del Festival del Renacimiento de Texas— lo que propone Musk va mucho más allá: levantar un municipio moderno donde convergen tecnología aeroespacial, urbanismo y autonomía empresarial.
No es su único intento. Musk también ha planteado el desarrollo de una comunidad cerca de Bastrop, Texas, en donde diversas empresas suyas, como la Boring Company y X (antes Twitter), tienen operaciones crecientes.
Controversias y dudas
La expansión de SpaceX no ha estado exenta de conflictos. Grupos ambientalistas del condado de Cameron han denunciado los efectos negativos de los lanzamientos sobre la ecología local. A su vez, habitantes de Brownsville se quejan por el cierre frecuente de caminos y el acceso restringido a la playa.
El juez del condado, Eddie Treviño Jr., aún evalúa la solicitud y se espera que las elecciones puedan celebrarse el próximo año si se aprueba la legalidad del proceso.
Un futuro con sabor a ciencia ficción
Si se concreta, Starbase no solo sería una ciudad nueva en el mapa de Texas, sino también un experimento inédito en la historia contemporánea: una metrópoli levantada desde cero por una megacorporación tecnológica, al servicio de su ecosistema laboral y con aspiraciones de convertirse en modelo urbano.
Residentes como Cayetana Polanco, cuyo esposo trabaja en SpaceX, esperan con entusiasmo este nuevo capítulo. “Si todo sale bien con esta petición, mi bebé podría ser el primer niño nacido en esta ciudad. ¡Sería bastante épico!”, declaró.
Elon Musk no firmó la solicitud, pero se presume que votará, pues tiene domicilio en la zona. Así, el magnate parece decidido a ampliar su influencia más allá del espacio… hasta la administración de su propio territorio.
