¿Haces ejercicio y no ves resultados? No te desmotives. Te decimos las soluciones a los problemas más comunes para que puedas mantener tu motivación al máximo.
Haces mucho de lo mismo
Si solo haces o practicas el mismo deporte o ejercicio, te volverás muy bueno en él… pero luego cualquier mejora que tu cuerpo haya tenido dejará de evolucionar.
¡Prueba algo diferente y sé específico!
No te retas lo suficiente
El cuerpo se acostumbra rápidamente al mismo ejercicio. Combina tu rutina con una forma diferente de cardio, como intervalos de alta intensidad.
Demasiado estrés o cansancio
Si no estás descansando lo suficiente o hay mucha presión en tu trabajo, tu cuerpo no se va a adaptar a la influencia positiva del ejercicio.
Dormir es esencial para que los músculos sanen después de una fuerte sesión de sudor.
El estrés desbalancea tus hormonas, provocando que tu cuerpo se sienta en modo de alerta y retenga grasa.
La solución consiste en intentar dormir al menos siete horas.
Consumes más calorías de las que quemas
La quema de calorías está sobrestimada. Haz un esfuerzo por mejorar tu dieta y revisar tus porciones, y recuerda que las calorías líquidas también cuentan.
Pasas demasiado tiempo en una silla
El mal de la silla es difícil de evitar, dado que muchos trabajos requieren horas frente a un escritorio, pero es imprescindible mantenerte más tiempo en movimiento. Procura pasar más tiempo de pie.
Expectativas muy altas
A lo mejor no son los resultados, sino las expectativas que están un poco fuera de foco. Recuerda que cada cuerpo pierde peso y cambia a ritmos diferentes.
Estás ganando músculo
Puede que sientas que la báscula está estancada, pero posiblemente sea porque estás construyendo músculo y eso es bueno.
El número en la báscula es menos importante que los porcentajes de agua, masa muscular y grasa que hay en tu cuerpo. Tu nutriólogo puede hacerte estas pruebas.
Sigue comiendo bien y ejercitándote constantemente durante esta etapa para alcanzar tus objetivos en un futuro más cercano.
No comes lo suficiente
Recortar calorías no es lo mismo que brincarte comidas. Cuando te saltas una, tu nivel de azúcar en sangre se eleva, y la respuesta de insulina es retrasada. Si esperas demasiado tiempo para comer en la mañana o entre una comida y otra, tu metabolismo se torna más lento.
Lo ideal es comer al menos cada cuatro horas a lo largo del día para tener el control de tu apetito y la energía necesaria.
Temes recuperar las calorías que perdiste en el gym
Saltarte el snack saludable, por no querer recuperar las calorías que perdiste, es un gran error. El entrenamiento intenso desgarra las fibras musculares, comer de 10 a 20 gramos de proteína y carbohidratos repara y mantiene esbeltos los músculos.
Solución: Come durante los 30 minutos siguientes al esfuerzo. Algunas buenas opciones son leche con chocolate baja en grasa, yogurt griego o la mitad de un sándwich de pavo.
Te ejercitas demasiado
Recuerda que entrenar exageradamente (y recortar muchas calorías) hace más difícil que pierdas peso.
Sobreentrenarte provoca que produzcas cortisol, la hormona del estrés, que perjudica tu metabolismo, sistema inmunológico y estado de ánimo.
Los altos niveles de cortisol hacen que pierdas músculo y almacenes grasa corporal en la sección media.